Descubren unas magníficas pinturas murales renacentistas en una parroquia de Gipuzkoa

Las labores de restauración del retablo barroco de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Beasain han dejado al descubierto unas fantásticas pinturas renacentistas de mediados del siglo XVI. Los trabajos, que se están llevado a cabo por parte de especialistas de la Diputación Foral de Gipuzkoa, han sacado a luz coloridas escenas de la Pasión de Cristo, así como grecas con motivos florales y animales

Nadie podía sospechar que la infestación de insectos xilófagos (que se alimentan de madera) que afectaba al altar mayor de estilo barroco madrileño de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Beasain, en Gipuzkoa, construido en 1671 por Juan de Urrusualde, acabaría revelando un extraordinario secreto guardado durante siglos. De hecho, fue el desprendimiento de un fragmento del retablo en 2021 lo que puso en alerta a los especialistas.

Tras comprobar que la infestación de insectos afectaba a más zonas del altar mayor, así como a gran parte de la estructura de la iglesia, los expertos decidieron que lo mejor sería emprender de manera urgente los trabajos de restauración para garantizar la estabilidad y seguridad del valioso retablo.

Finalmente, cuando los operarios retiraron todos los elementos de madera para someterlos a un tratamiento que acabara con la infestación, salió a la luz lo más inesperado: una pintura mural renacentista en la cabecera de la iglesia. Para confirmarlo, se recabó la opinión de Pedro Luis Etxeberria, un investigador de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU) especializado en pintura mural del Renacimiento, el cual corroboró la veracidad de las primeras impresiones.

Un tesoro único

En el transcurso de su investigación, Etxeberria encontró en un archivo en el obispado de Pamplona un contrato firmado en 1555 por los rectores de la parroquia con el pintor navarro Juan Pérez de Landa, por el cual se le encargaba pintar no solo la pared del retablo, sino también los muros y la bóveda del altar.

Aquel descubrimiento animó a los operarios a retirar también la capa de mortero que recubría las paredes y lo que apareció fue, en palabras de Cristina Fernández, conservadora-restauradora de la Diputación Foral, “un tesoro renacentista único en Gipuzkoa”.

Los operarios retiraron el mortero de las paredes y aparecieron unas pinturas renacentistas cuyo valor artístico es espectacular.

Así, los técnicos y restauradores de la Diputación Foral se han visto sorprendidos al contemplar que en los lunetos (bovedilla en forma de media luna) de la bóveda principal estaban representadas cinco escenas de la Pasión de Jesucristo, la Oración del Huerto, el Prendimiento y la Crucifixión. En ellas pueden verse las figuras de la Virgen, los apóstoles y María Magdalena, a la que le falta la cabeza ya que en una intervención posterior, y para sujetar el retablo barroco, se incrustó una viga justo en el espacio que esta ocupaba.

La bóveda también ha desvelado sus secretos: han salido a la luz imágenes de ángeles, seres mitológicos y diversas grecas con motivos vegetales y animales. Además de todas estas magníficas imágenes, los restauradores también han documentado restos del intenso color azul y rojo con que fueron realizadas las pinturas, así como otras que han ido adquiriendo con el tiempo un tono verdoso debido a la alteración de los pigmentos.

Los expertos esperan finalizar los minuciosos trabajos de restauración en 2024, ya que en 2025 está previsto el montaje del retablo mayor, del que partirán dos balconadas a las que se podrá acceder. De este modo, todos los visitantes que así lo deseen podrán admirar más de cerca estas hermosas, e inesperadas, pinturas renacentistas.

Fuente: nationalgeographic.com.es