Un planeta que creíamos un mini-Neptuno terminó siendo algo completamente diferente. Se trata de Enaiposha (GJ 1214 b), un exoplaneta que ahora llamamos “super-Venus” por sus características únicas.
Enaiposha orbita una estrella enana roja a 47 años luz de la Tierra. Aunque inicialmente se pensaba que era similar a Neptuno, nuevos datos del telescopio espacial James Webb (JWST) muestran que se parece más a Venus, aunque es mucho más grande.
Desde su descubrimiento en 2009, Enaiposha ha sido estudiado intensamente. Su tamaño y masa lo sitúan entre la Tierra y Neptuno, con un radio 2,7 veces mayor y una masa 8,2 veces superior al de nuestro planeta.
Existen dos categorías principales para planetas de este tamaño: las supertierras, que son mundos rocosos con atmósferas delgadas, y los mini-Neptunos, que tienen atmósferas densas de hidrógeno y helio. Los mini-Neptunos son los exoplanetas más comunes que conocemos, aunque no tenemos ninguno similar en nuestro Sistema Solar.
Enaiposha, sin embargo, no encaja completamente en ninguna de estas categorías. Aunque está demasiado cerca de su estrella como para ser habitable, su proximidad a la Tierra lo convierte en un excelente objetivo para entender mundos lejanos.
El problema es que su atmósfera es tan densa que es difícil observar su interior. Sin embargo, observaciones recientes del JWST y el Hubble sugieren que la atmósfera de Enaiposha podría estar compuesta por agua y metales vaporizados. Pero los científicos han encontrado algo aún más interesante.
Mientras el planeta pasa frente a su estrella cada 1,6 días, la luz de la estrella atraviesa su atmósfera, permitiendo analizar su composición. Los resultados revelaron concentraciones significativas de dióxido de carbono, un componente que constituye más del 96 % de la atmósfera de Venus.
La señal de dióxido de carbono era débil, por lo que los investigadores realizaron análisis estadísticos minuciosos para confirmarla. Encontraron que la atmósfera de Enaiposha está dominada por metales en capas más bajas, mientras que las capas superiores contienen aerosoles y dióxido de carbono.
Esto lo convierte en un “super-Venus”: un mundo extremadamente caliente, con una atmósfera rica en carbono y difícil de observar directamente. Este descubrimiento desafía nuestra comprensión de los mini-Neptunos y podría cambiar cómo clasificamos estos planetas.
Aunque los hallazgos son prometedores, aún no se pueden considerar definitivos. Los científicos destacan la necesidad de más observaciones para confirmar que esta atmósfera es dominada por metales, lo que podría revolucionar nuestras teorías sobre la evolución de los planetas.
Comprender Enaiposha es clave para aprender más sobre los miles de exoplanetas que hemos descubierto hasta ahora. Este tipo de investigación no solo amplía nuestro conocimiento, sino que también nos ayuda a identificar qué mundos podrían ser habitables.
Los resultados de este estudio se publicaron en The Astrophysical Journal Letters y marcan un nuevo paso en nuestra exploración de planetas fuera del Sistema Solar. Enaiposha, el “super-Venus”, promete ser una pieza clave para desentrañar los misterios de la galaxia.
Fuente: robotitus.com