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Descubren la causa por la que los microbios son capaces de vivir en las profundidades marítimas

Un primer estudio mundial, liderado por científicos australianos, ha desvelado qué proceso realizan estos microorganismos para ser capaces de sobrevivir en el fondo del océano, ofreciendo además importantes datos sobre el origen de la vida

Un estudio pionero ha descubierto que muchos de los microbios que viven en las profundidades de los océanos obtienen la energía necesaria para seguir con vida del hidrógeno y el monóxido de carbono, descartando así la idea generalizada de que la mayor parte de los microorganismos presentes en el océano se alimentan realizando la fotosíntesis utilizando luz solar.

Así, este primer estudio mundial, liderado por investigadores de australia y publicado este lunes en la revista Nature Microbiology, ha aclarado muchas de las incógnitas alrededor de cómo sobreviven los microbios en las zonas más profundas del mar a las que no llega la luz del sol. Los científicos explican que los microorganismos realizan un proceso alternativo a la fotosíntesis, llamado quimiosíntesis, que consiste en el aprovechamiento de compuestos inorgánicos para su propia alimentación y crecimiento.

Uno de los responsables de la publicación, Chris Greening, explicó que el hidrógeno y el monóxido alimentaron «a los microbios en todas las regiones que hemos analizado: desde bahías urbanas hasta islas tropicales y cientos de metros bajo la superficie. Algunos incluso se pueden encontrar debajo de las plataformas de hielo de la Antártida».

Dos gases comunes, el hidrógeno y el monóxido de carbono, son utilizados como combustible por billones de microbios que viven en océanos de todo el mundo, desde los trópicos a los polos. El estudio tardó en dar con este importante descubrimiento cinco años de investigaciones en las que combinaron mediciones químicas recogidas durante viajes oceánicos con la caracterización de laboratorio de cultivos microbianos.

Para su proyecto, los investigadores se inspiraron en su trabajo anterior que estudiaba las bacterias del suelo. Greening y sus colaboradores demostraron previamente que la mayoría de esos organismos pueden vivir consumiendo hidrógeno y monóxido de carbono de la atmósfera. “Las capas superficiales de los océanos del mundo generalmente contienen altos niveles de gases disueltos de hidrógeno y monóxido de carbono debido a varios procesos geológicos y biológicos. Así que tenía sentido que las bacterias oceánicas usaran los mismos gases que sus primos terrestres”, recalca Rachael Lappan, otra de las caras visibles del estudio.

Además, estos hallazgos derivados del estudio aportan datos fundamentales, antes desconocidos, sobre cómo ha ido evolucionando la vida. Greening cree hay una probabilidad muy grande de que la primera vida surgiese «en los respiraderos de aguas profundas, utilizando hidrógeno, no la luz del sol, como fuente de energía». El científico aludió también al hecho de que 3.700 millones de años después «tantos microbios en los océanos todavía utilicen este gas de alta energía y lo hemos pasado por alto por completo hasta ahora».

Fuente: cadenaser.com