Descubren el verdadero propósito de Stonehenge: cazar especies grandes

Al menos 4 milenios antes del Neolítico, el sitio de Stonehenge ya era utilizado por los seres humanos para cazar especies grandes, revela un estudio

La noticia llegó en marzo de 2022. Un equipo de arqueólogos finalmente había determinado cuál era la función real del yacimiento de Stonhenge, el mítico espacio de formaciones neolíticas en el Reino Unido. Por la posición de los piedras, los científicos determinaron que éste había sido un calendario solar, que daba la pauta de 365.25 días. Justamente, una vuelta al Sol.

Sin embargo, la investigación no indagó sobre el posible funcionamiento de este sitio previo a la construcción del calendario astronómico. De acuerdo con un estudio reciente, mucho antes de que las piedras de Stonehenge sirvieran como un marcador de tiempo, el espacio se ocupó como un “coto de caza”. Esto es lo que sabemos.

Antes de que fuera un calendario solar

Stonehenge se ubica en la planicie de Salisbury, a unos 130 km al oeste de Londres, según documenta National Geographic Historia. Por la orientación y diseño del espacio, se estima que fue construido por varias generaciones, a lo largo de 1,600 años, durante el periodo prehistórico del Neolítico.

Así como sucedió con otras sociedades de la época, una de las actividades principales que ocuparon a los pobladores por milenios fueron la caza y la recolección. Por ello, la actual meseta británica fue escenario para jornadas de cacería extensas a lo largo del Mesolítico, hace entre 10 mil y 5 mil años antes de nuestra era.

Otras fuentes documentales sostienen que, previo a ser un espacio sin árboles, sobre la meseta crecía un bosque de dosel cerrado. Sin embargo, históricamente se ha generado un debate al respecto:

“Ha habido un largo debate sobre si la arqueología monumental de Stonehenge se creó en un paisaje boscoso deshabitado o si se construyó en un área ya parcialmente abierta de importancia preexistente para los cazadores-recolectores del mesolítico tardío”, escribieron para Plos One los autores.

El estudio demostró que el área estaba abierta. Por lo cual, fue el espacio ideal para que especies de herbívoros pastaran. Esto atrajo a los cazadores-recolectores a la zona, ya que la meseta se prestaba para someter a presas grandes. Lo más probable, explican los autores, es que exista “una continuidad entre los cazadores-recolectores del Mesolítico y los constructores de monumentos del Neolítico o de la Nueva Edad de Piedra”.

Un proceso de asentamiento paulatino

Para entender esto, es importante tener en cuenta que los cazadores-recolectores típicamente eran nómadas. Es decir, no se quedaban en un mismo lugar para siempre. Sin embargo, esto no quiere decir que el sitio donde hoy está Stonehenge se descubriera de repente, explican los investigadores. Por el contrario, el estudio revela que se trató de un proceso de asentamiento paulatino.

Lo que es más: “[…] parece que la gente conocía este lugar desde hacía siglos”, reporta Live Science. La evidencia sugiere que, al menos, el espacio estaba habitado 4 mil años antes de que Stonehenge siquiera empezara a construirse en el Neolítico:

“[…] Los cazadores-recolectores ya habían elegido parte de este paisaje, un claro aluvial, como un lugar persistente para la caza y la ocupación”, explican los autores en un comunicado.

Milenios antes de que Stonehenge se convirtiera en un calendario solar en el Neolítico, los seres humanos primitivos utilizaban la meseta como terreno de cacería. Con el tiempo, se erigirían piedras para representar a dioses primigenios, en torno a los cuales se regirían las vueltas de la Tierra en torno al Sol, las estaciones y eventualmente, los ciclos agrarios en la zona.

Fuente: ngenespanol.com