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Descubren donde están los edificios pulverizados por la bomba de Hiroshima

En la mañana del 6 de Agosto de 1945, la bomba lanzada por Estados Unidos en la ciudad japonesa de Hiroshima mató ese día a cerca de 80.000 personas. Para fines de 1945 la cifra de muertes había llegado a al menos 140.000.

La explosión también destruyó o dañó al 90% de las construcciones de Hiroshima.

«Fue el peor evento causado por el hombre jamás», señaló el geólogo Mario Wannier.

«Tienes una ciudad y un minuto después no hay ciudad. Una gran pregunta para mí era: ¿donde acabó esa ciudad? ¿A dónde fue ese material?»

Wannier ya se había jubilado cuando un colega le mostró extrañas partículas recogidas en playas de Japón.

El geólogo se había embarcado en un proyecto de comparación de arenas en diferentes partes del mundo para medir la salud de ecosistemas marinos.

Y reconoció rápidamente que las partículas encontradas en la península de Motoujina, cerca de Hiroshima, eran especiales y podían develar el misterio de los edificios desvanecidos.

«Es un tesoro haber descubierto estas partículas. Es una historia increíble», afirmó Wannier, autor principal de un nuevo estudio publicado en la revista Anthropocene.

«Había examinado cientos de muestras de arena del sudeste asiático, y puedo distinguir inmediatamente granos minerales de otras partículas creadas por animales o plantas», señaló Wannier.

El geólogo comenzó examinando muestras de arena de Motoujina recolectadas por un colega, el geólogo vasco Marc de Urreiztieta.

En ellas encontró rastros de organismos unicelulares llamados foraminíferos.

«Pero también hallé algo más. Partículas extrañas aerodinámicas, vítreas, redondeadas, que me hicieron recordar inmediatamente a las partículas esféricas que había visto en muestras del Cretácico Terciario», muestras de la Península de Yucatán, donde un meteorito causó un evento de extinción masiva de especies, incluyendo los dinosaurios.

Cuando un meteorito impacta en el terreno, el material en la superficie se licúa y es eyectado hacia la atmósfera, donde forma gotas de material vitrioso que caen al suelo en forma de lluvia.

El geólogo viajó a Japón en 2015 para recolectar más muestras de arena.

En playas a una distancia de entre 7 y 11 km de Hiroshima el científico halló una alta concentración de las extrañas partículas, lo que le llevó a sospechar que la bomba atómica de 1945 podía ser un factor clave para explicar el enigma.

En todas las muestras había entre 12, y 23,3 gramos de las partículas esferoides e inusuales por cada kilo de arena.

Wannier extrajo cerca de 10.000 partículas de la arena y las clasificó en seis grupos diferentes dependiendo de sus características físicas.

Los investigadores estiman que por cada km cuadrado de playa, y hasta una profundidad de 10 cm, hay entre 2.200 y 3.100 toneladas de esas partículas.

Algunas de las partículas vítreas parecían estar fusionadas, otras tenían una cola.

Algunas eran similares a otras halladas en sitios de impactos de meteoritos, pero otras parecían tener una composición similar al caucho y contenían una variedad de materiales recubiertos de una capa de vidrio o silicio.

La mayoría de las partículas media entre 0,5 y 1 milímetro de diámetro.

Más de 1.800 grados

Para determinar la composición de las partículas, Wannier y Urreiztieta contactaron a Rudy Wenk, profesor de mineralogía en la Universidad de Berkeley, quien constató en las muestras una composición química variada, incluyendo concentraciones de aluminio, silicio y calcio, glóbulos microscópicos de hierro rico en cromo, y ramificaciones microscópicas de estructuras cristalinas. Otras partículas estaban compuestas de carbono y oxígeno.

Las muestras fueron analizadas con microscopios de electrones y técnicas de rayos X a escalas de menos de un micrón, o una millonésima de metro.

Uno de los científicos de Berkeley que analizó las muestras fue Nobumichi Tamura, quien tenía un interés especial en el proyecto.

«Mi madre y mi padre nacieron en Japón» señaló Tamura.

«Mi padre tenía 12 años cuando lanzaron la bomba. Él vivía unos 300 km al norte de Hiroshima y fue testigo de los resultados de este evento terrible».

La composición de las partículas corresponde a los materiales que eran comunes en la construcción en Hiroshima en la época de la bomba, incluyendo cemento, mármol, acero inoxidable y caucho.

Los análisis determinaron que las partículas se formaron en condiciones extremas, a temperaturas de más de 1.800 grados Celsius.

Y su microestructura única también indica cómo se formaron».

De acuerdo a Tamura, «la hipótesis de la explosión atómica es la única explicación lógica posible de su origen».

Wannier explica el proceso en estos términos:

«El material del suelo se volatiliza y mueve hacia la nube atómica, donde las altas temperaturas cambian sus condiciones físicas».

«Hay muchas interacciones entre partículas, hay muchas pequeñas esferas en colisión, y se producen estas aglomeraciones».

«Esperamos que llame la atención»

Wenk envió copias de los análisis de partículas a Jun Ichi Ando, profesor de la Universidad de Hiroshima, quien ha venido analizando granito del famoso Domo o Memorial de la Paz de Hiroshima, la única estructura que permaneció en pie cerca de la zona cero del impacto.

Los científicos esperan analizar en el futuro muestras de arena de playas cercanas a Nagasaki, donde cayó la segunda bomba el 9 de agosto de 1945, que mató según estimaciones a hasta 80.000 personas.

«Durante más de 70 años este material ha estado allí y nunca había sido estudiado en detalle», reflexionó Wannier.

«Esperamos que este estudio llame la atención de la comunidad científica, y que otros investigadores aprovechen esta oportunidad».

Fuente: diariopanorama.com