Descubren desconocida forma de vida que brilla en las profundas cuevas del Gran Cañon
Veteranos y experimentados microbiólogos de la Universidad de Arizona descendieron a cuevas inexploradas bajo el Gran Cañón y descubrieron formas de vida totalmente desconocidas de brillantes colores dorados y púrpuras.
Los autores advirtieron que los componentes que les permiten vivir en la eterna oscuridad, pueden servir para desarrollar nuevos compuestos médicos y tratar enfermedades, o incluso ser de utilidad para la vida en ambientes extremos en los futuros viajes espaciales.
“Hemos realizado el primer paso con 14 muestras y estamos publicando estos datos en una revista revisada por pares (otros científicos), de acceso abierto”, señaló Bradley Lusk, doctorado en Diseño Biológico, experto en el estudio de los extremófilos, microorganismos que sobreviven bajo condiciones extremas.
Al dar a conocer su tesoro, Luzk muestra en un vídeo imágenes insólitas de formas de vida que están en condiciones extremas, en cuevas que ellos cartografiaron por primera vez.
“Podemos estar descubriendo una nueva especie que hace que nuestro explorador del espacio interior o el astrobiólogo reflexione sobre si podría haber vida en otro lugar, tal vez en una zona menos hospitalaria en el cosmos”, sugiere Lusk.
Bajo el Gran Cañón, al norte de Arizona, existe una cueva seca que durante la llamada “Guerra Fría” entre Estados Unidos y Rusia, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, fue parcialmente utilizada como refugio antiaéreo, y es ahí donde descendieron, pero fueron más abajo por peligrosos y estrechos laberintos con peligro de derrumbes, después de conseguir los permisos de las autoridades.
Finalmente llegaron a algunos espacios vacíos donde las rocas estaban cubiertas de vida que irradiaban múltiples colores dorados y purpuras.
Su grupo anunció que hará los estudios genéticos de estas nuevas especies, que posiblemente compitan en otro sentido, con los descubrimientos previos que han demostrado que existen microorganismos que respiran y comen metal.
El hecho de que sobrevivan sin agua ni luz solar, para los científicos significa que pueden estar desarrollando compuestos útiles para la humanidad.
El equipo de Arizona explica que comenzó a trabajar en estas cuevas desde 2016. Han arriesgado la vida cartografiando numerosos escondrijos desconocidos y hasta la fecha han descubierto más de 900 géneros diferentes de microorganismos que viven ahí.
Entre los 1,5 millones de secuencias genéticas conocidas, los análisis anteriores les han permitido descubrir 15,000 secuencias nunca antes registradas entre los microorganismos rescatados en el mundo subterráneo.
Fuente: lagranepoca.com