En el análisis retrospectivo de la erupción participó un científico de la Universidad Nacional de Río Negro en Roca, que nació en Bélgica
El volcán Nyiragongo se encuentra al este de la República Democrática del Congo. Entró en erupción y sus explosiones de lava desbordaron de su flanco y devastaron una zona densamente poblada en la ciudad de Goma, Congo. Fue en mayo del año pasado, y un científico de la Universidad Nacional de Río Negro y del Conicet ayudó a comprender qué pasó a través de un software que desarrolló.
Es el investigador Dominique Derauw, quien nació en Bélgica y actualmente trabaja como científico del Conicet en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología, en Roca, Río Negro.
La erupción del Nyiragongo fue imprevista. Fue seguida rápidamente por una intensa secuencia sísmica que duró varios días. Eso aumentó el pánico y la confusión en la población del Congo.
El doctor Derauw junto a un equipo internacional de científicos demostró que esa erupción no pudo haberse previsto, al carecer de todas las señales precursoras típicas, como cambios en la sismicidad, la deformación del suelo o las emisiones de gases. La investigación fue publicada en la revista Nature.
Desde hace 15 años se lleva adelante el monitoreo constante del volcán a través del Museo Real de África Central y el Centro Europeo de Geodinámica y Sismología.
Esta vez, los investigadores hicieron un estudio que buscó comprender la erupción del volcán Nyiragongo el 22 de mayo de 2021. Generalmente, en el período anterior a una erupción volcánica hay señales geoquímicas y geofísicas. Sin embargo, eso no ocurrió con el Nyiragongo.
“El análisis retrospectivo de los datos sísmicos mostró que los primeros eventos que marcan una actividad inusual comenzaron menos de 40 minutos antes de la aparición de los primeros flujos de lava”, explicó Derauw.
Descubrieron que la erupción fue provocada por una ruptura en el edificio del volcán. Aunque la emisión de lava en sí duró apenas seis horas, la intensa secuencia sísmica migró hacia el sur, por debajo de la ciudad de Goma y luego hacia el norte del lago Kivu. Esto generó la intrusión de un enorme volumen de magma a menos de 500 metros de profundidad.
“Anteriormente hubo dos erupciones, una en el año 1977 y la otra en el 2002, pero la del 2021 fue la primera con datos de observación. En la del año 2002 el derramamiento de lava, que aproximadamente la velocidad de desplazamiento es de 40 km/h, produjo una división de la ciudad de Goma. Hubo gente que por meses no pudo ver a su familia, ya que se formó una corriente de lava de 200 a 1000 metros de ancho y hasta 2 metros de altura a través de la ciudad que llegaba hasta el lago y no había forma de cruzarlo”, comentó Derauw.
Fuente: rionegro.com.ar