Descubren cómo proteínas ‘bailarinas’ mantienen la movilidad celular

Investigadores del Instituto Max Planck de Fisiología Molecular en Dortmund han desvelado el complejo mecanismo que permite a las células, como las del sistema inmunológico, moverse con agilidad. En un estudio publicado en la revista Cell, liderado por Stefan Raunser, se redefine el papel de tres proteínas clave: coronina, cofilina y AIP1, en la descomposición de los filamentos de actina, que constituyen una parte fundamental del citoesqueleto celular.

El citoesqueleto es una red dinámica de filamentos que proporciona forma y estabilidad a las células, facilitando su movimiento y división. Este proceso es crucial no solo para funciones biológicas esenciales, como la respuesta inmunitaria, sino también para eventos patológicos, como la metástasis en el cáncer. La investigación se centra en la velocidad de este movimiento celular, que, aunque parece lento (30–50 micrómetros por hora), implica mecanismos moleculares que operan a una velocidad extraordinaria.

Mecanismo de descomposición de la actina

La descomposición de los filamentos de actina es un proceso regulado por la interacción de coronina, cofilina y AIP1. Estos investigadores han utilizado la criomicroscopía electrónica para obtener estructuras tridimensionales detalladas que revelan cómo estas proteínas colaboran en la descomposición de la actina. Este proceso, que en sus primeras etapas involucra a coronina, allana el camino para la unión de cofilina, que a su vez permite que AIP1 actúe como un «abrazadera» que rompe las conexiones entre las unidades de actina, facilitando así una rápida separación de los filamentos.

El estudio contradice investigaciones previas que atribuían a cofilina el papel principal en la severidad de los filamentos de actina, sugiriendo que AIP1 es el verdadero responsable de esta tarea. Esta redefinición de funciones es significativa ya que la disfunción de cualquiera de estas proteínas está asociada con diversas enfermedades, desde trastornos inmunitarios hasta diferentes tipos de cáncer.

Los hallazgos no solo enriquecen la comprensión científica de las dinámicas del citoesqueleto, sino que también podrían tener implicaciones en el desarrollo de nuevos agentes terapéuticos. Los investigadores sugieren que los mecanismos detallados en este estudio podrían ser la base para futuras innovaciones en tratamientos que aborden la disfunción celular en diversas patologías.

Este avance resalta la importancia de la investigación básica en biología celular, que puede traducirse en aplicaciones clínicas y terapéuticas. El trabajo de Raunser y su equipo no solo proporciona una visión más clara de cómo las células se mueven, sino que también abre nuevas vías para la exploración de tratamientos que pueden ayudar a combatir enfermedades devastadoras.

Fuente: larepublica.es

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