El sesgo de género pudo ocasionar un error de cálculo en el gasto energético real de la reproducción humana
En el reino animal, una de las inversiones energéticas más importantes es la reproducción. Algunos animales, como los pulpos y las cigarras, incluso olvidan sus propias necesidades para garantizar la supervivencia de la siguiente generación. En el caso de los mamíferos, conocer el gasto energético que conlleva el proceso de gestación permite a los médicos evaluar estrategias que aseguren un proceso libre de riesgos tanto para la cría como para la madre.
Hay modelos matemáticos que permiten estimar los costos energéticos de la reproducción. Sin embargo, las cifras de estos primeros intentos podrían estar muy lejos de la realidad. Un nuevo estudio de la Universidad de Monash, en Australia, ha evaluado la cantidad de energía que requiere producir una cría. Según los resultados expuestos en la revista Science, el gasto energético real podría ser hasta veinte veces mayor de lo que se pensaba.
La clave de este malentendido, admiten los científicos, es simple: hasta ahora, la cantidad de energía empleada para producir un nuevo ser se determina solo por la demanda energética que cambia tras iniciar la gestación. En otras palabras, la estimación se calculaba por cuánta energía adicional consumía la madre cada día desde el inicio del embarazo. A este factor se le conoce como “coste directo”. El estudio de la Universidad de Monash también toma en cuenta la carga metabólica que implica cargar con el feto, identificado como “coste indirecto”.
Los mamíferos pagan los gastos reproductivos más altos, y de éstos, el 90% son costes indirectos. Los científicos comparan esta diferencia de gasto energético con la preparación de un platillo. No es posible calcular la inversión de energía solo por las calorías que otorgará un alimento. Es necesario tomar en cuenta el combustible necesario para cocinarlo.
La energía necesaria para producir un bebé
En los humanos, tener un bebé podría ser hasta 24 veces más costoso, metabólicamente hablando, de lo que los modelos matemáticos más aceptados habían estimado. Según los autores de la investigación, el gasto energético aceptado se midió a partir del cálculo de la tasa metabólica durante y después del embarazo. El estudio base de 2004 decía que las necesidades energéticas aumentaban solo 340 kilocalorías por día (kcal/d) para el segundo trimestre, y 500 kcal/d para el tercero.
La investigación sumó los gastos indirectos en los seres humanos. En total, se requieren casi 50,000 kilocalorías para la reproducción, y el 96% de estas pagan los costos de sostener al bebé durante nueve meses.
Los investigadores están intrigados por la disparidad del costo de la reproducción. Dustin Marshall, autor principal del estudio, infiere que pudo deberse a que, en principio, el campo no contó con métricas que contemplaran los gastos indirectos. “La mayoría de la gente ha dicho que, en retrospectiva, parece obvio que estos costos deberían haber existido, aunque nadie se dio cuenta de que serían tan altos”, afirmó para Nature.
Cada vez son más los estudios científicos sobre las afectaciones biológicas de gestar. En marzo de 2024, por ejemplo, investigadores encontraron que el periodo de gestación puede aumentar la edad biológica de una mujer hasta en 2.5 años.
Fuente: es.wired.com