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Crean una fibra ‘invisible’ que se añade a la pizza para que sea más sana sin que te des cuenta

El invento se llama FiberX, se ha producido a partir de almidones autóctonos como el trigo, el maíz y la yuca, y mejora potencialmente el proceso digestivo y la microbiota intestinal

El ser humano debería consumir, de forma ideal, de 20 a 35 gramos de fibra al día, según las directrices de la enciclopedia médica Medline Plus. Sin embargo, en muchos de los casos la ingesta está muy por debajo de la recomendada: el consumo de fibra de la población adulta española se sitúa en los 12,5 gramos al día, la mitad de lo aconsejado.

Estos datos proceden del estudio científico Anibes, coordinado por la Fundación Española de Nutrición (FEN), que vincula la fibra, los momentos de consumo, el exceso de peso y la obesidad abdominal en una muestra representativa de ciudadanos con edades comprendidas entre 18 y 64 años.

En definitiva, a la mayoría de las personas les viene bien incorporar un poco más de fibra en la dieta. Además de hacerlo mediante alimentos como la avena, las legumbres, los vegetales de raíz, las coles, los granos enteros o los garbanzos, un grupo de investigadores ha desarrollado una brillante idea: crear una fibra invisible que puede hacer más saludables platos como la pizza.

Según recogeScience Alert, este equipo de científicos de la Universidad RMIT de Australia han desarrollado un producto de almidón modificado que puede añadirse a los alimentos sin afectar a su sabor, color o textura. Lo han bautizado como FiberXy se ha elaboradoa raíz de almidones autóctonos como el trigo, el maíz y la yuca.

Cómo funciona FiberX, el almidón secreto para hacer más saludables tus platos

Al igual que sucede con la fibra real, FiberX resiste la digestión en el intestino humano, facilita que las bacterias presentes en el colon la fermenten y mejora con creces el proceso digestivo. Está concebido para incorporarse a alimentos escasos en fibra, como bocadillos y pizzas, así como a alimentos con pocas calorías o de bajo índice glucémico.

En la industria alimentaria, uno de los retos pendientes es incrementar la proporción de fibra de los productos entre un 10 y un 20%, sin que el sabor y la textura se resientan, ya que muchos de estos artículos desarrollados de forma intencional resultan más duros, saben distinto o no son tan agradables para el paladar.

Como parte de la investigación, el equipo de Farahnaky realizó pruebas de sabor y análisis de la textura del pan, la pizza o los pasteles con distintas cantidades de FiberX añadido. Comprobaron que podían añadir hasta un 20% de fibra a los alimentos manteniendo el sabor y la textura originales del producto.

Tal y como explican los responsables del proyecto, alteraron la estructura del almidón a nivel molecular, comprobando su reacción con las enzimas digestivas. La nueva tecnología permite convertir más del 80% del almidón en fibra dietética.

FiberX se probó con métodos aprobados internacionalmente en el RMIT y en el acreditado Centro de Innovación de Granos de Exportación de Australia. La siguiente fase empleará alternativas verdes para esta conversión.

Reducción del desperdicio alimentario en Australia

Los beneficios de esta innovación no atañen solamente a la salud humana, sino que también reducen el desperdicio alimentario y pueden proporcionar empleo local en Australia, creando productos de valor añadido.

De hecho, Microtec y el Centro de Investigación e Innovación Alimentaria del RMIT también se han asociado con el Centro de Investigación Cooperativa Fight Food Waste para evitar que los subproductos ricos en almidón y fibra de la producción de proteínas vegetales se desperdicien.

Australia produce actualmente 5.000 toneladas de proteínas de legumbres al año, lo que genera 30.000 toneladas de residuos. Procesando los residuos en almidón de legumbres seco, la tecnología FiberX puede convertir el almidón en fibra a gran escala.

La fibra no solo mejora el estado de salud del sistema digestivo, sino que también contribuye a prevenir la obesidad, la diabetes tipo 2 y a reducir los factores de riesgo de algunas enfermedades cardiovasculares.

Fuente: businessinsider.es