Crean un embrión sintético de ratón sin óvulo ni espermatozoides

La ciencia sigue avanzando. Por primera vez un equipo de investigadores del Instituto Salk, EE.UU., liderado por el español Juan Carlos Izpisua, ha desarrollado en el laboratorio una estructura similar a un blastocisto.

Este es un embrión de ratón se ha generado en un cultivo celular en el que no ha sido necesario contar con un óvulo y un espermatozoide, las células sexuales necesarias para la reproducción de los mamíferos o un embrión, según lo informó el portal ABC.

Se han utilizado células de embriones, como requieren las técnicas de clonación. La nueva forma de «vida» ha nacido en una placa de Petri a partir de una sola célula adulta extraída de un ratón vivo.

Son solo cien células, pero en ellas están todas las instrucciones necesarias para generar un organismo vivo de un mamífero si se llegara a implantar en el útero.

Los científicos que detallan su logro este jueves en la revista “Cell” aseguran que su propósito solo es estudiar, sin utilizar embriones naturales ni gametos, el desarrollo de los primeros estadíos embrionarios, donde suceden algunos de los acontecimientos más importantes en la vida del ser humano.

La forma en la que se organiza este primer centenar de células en un mamífero tiene profundas implicaciones en el éxito de una gestación y su desarrollo, cómo se forman los órganos y hasta en enfermedades graves que aparecen a lo largo de la vida, como el alzhéimer.

Se trata de un modelo de investigación perfecto para indagar en problemas tan comunes como los abortos espontáneos y números patologías, pero el trabajo de estos investigadores abre también una nueva e inquietante puerta a la creación de vida en el laboratorio.

¿Qué es el blastoide?

Los investigadores han llamado «blastoide» a esta nueva estructura de cien células.

Contienen los tres tipos de células primordiales de dónde proceden todas las células de un organismo adulto, las que formarán la placenta y la masa celular interna que conducirá al desarrollo del feto.

También posee el tamaño de un embrión y muestra el mismo perfil de expresión genética. Pero aún no son funcionales.

Es decir, si se implantara en una hembra de ratón no daría lugar a un embrión funcional porque sus células crecen formando un tejido desorganizado.

El equipo de Izpisua cree que el proceso se puede perfeccionar hasta conseguir un ‘Blastoide’ totalmente funcional, capaz de desarrollarse hasta las etapas en las que se forman algunos de los órganos primordiales.

La idea es que sirvan de semilla de los organoides que puedan usarse como fuente para el trasplante de órganos.

Fuente: hsbnoticias.com