Rubén Ramos García, científico del Instituto y líder del proyecto, explicó que este desarrollo es resultado de 14 años de trabajo y sus aplicaciones se enfocan a la medicina y biología.
“Con las pinzas ópticas la manipulación de las micropartículas se produce de manera no invasiva, es decir, no existe contacto y no se dañan las partículas que se quieren analizar; pueden ser bacterias, virus, células e incluso organismos subcelulares como la mitocondria y el núcleo”, señaló el investigador.
Los primeros reportes de manipulación óptica fueron generados en la década de los años 60 por el científico Arthur Ashkin, Premio Nobel de Física 2018, quien es considerado como el padre de las pinzas ópticas.
En un comunicado, el INAOE detalló que en 1970 Ashkin reportó que la luz puede ejercer presión sobre los objetos. En 1986 demostró que con un haz altamente enfocado, es posible manipular una partícula y eso fue el nacimiento de las pinzas ópticas.
En el INAOE, el trabajo de investigación en ese campo empezó en 2004, y a la fecha existen varios proyectos científicos.
Para el desarrollo de las pinzas ópticas se requiere de un haz enfocado para manipular una partícula. “Lo que estamos usando ahora es una técnica que permite manipular cientos de partículas a la vez, pero con muy baja potencia del láser”, detalló.
Rubén Ramos García informó que su investigación se centra también en física básica, en particular la formación de cristales coloidales, es decir, micropartículas disueltas en agua, que pueden utilizarse para aumentar, por ejemplo, la absorción de radiación en celdas solares, el acoplamiento de la luz a guías de onda o para utilizar sensores ópticos.
Fuente: Notimex