69 metros de diámetro, 30 metros de profundidad y una temperatura en su interior de 400ºC, pudiendo llegar a los 1000ºC. Esos son los datos del pozo de Darzava, también conocido como ‘la puerta del infierno’ que se localiza en el desierto de Karakum, Turkmenistán.

Una puerta del infierno que lleva abierta desde 1971, casi 50 años, después de que durante las prospecciones de gas de geólogos soviéticos, estos tuvieron un final inesperado y se vieran tragados por la tierra.

En ese momento de incertidumbre, con el miedo de que el gas fuera dispersado a la atmósfera, prendieron una llama con la esperanza de que se apagase, tal y como indica en su artículo el Daily Mail. Una esperanza que, 48 años después sigue encendida a pesar de los intentos en vano de apagarla.

Ahora, en 2019, Alessandro Belgiojoso, ha podido grabar imágenes realmente espectaculares tanto de día como de noche del interior del cráter en llamas.

Fuente: cadenaser.com