Desde el siglo XIX se consideraba que están basados en nuestro inconsciente

Los investigadores de la Universidad Roma Tres en Italia expusieron que los sueños estudiados pertenecían a personas de entre 7 a 74 años de edad, a través de los que identificaron los patrones que más se repetían en las escenas relatadas, además compararon las emociones negativas y positivas experimentadas durante su desarrollo.

El científico informático, Alessandro Fogli, líder del trabajo, aseguró que cuando observaron las puntuaciones calculadas, descubrieron que coincidían el 76% de las veces. Para Fogli este resultado será de ayuda para el desarrollo de nuevas teorías psicológicas, así como servirá para que los profesionales identifique con mayor rapidez los sueños atípicos, resultado del estrés o de una posible enfermedad mental, además de estimar diagnósticos de la personalidad.

El algoritmo utilizado por los investigadores posibilita también, el reconocimiento de los sueños inusuales y guiará a los psicólogos para eventuales tratamientos, «permite, asimismo, analizar cómo los sueños difieren según el género, la edad o la condición psiquiátrica de cada persona», advirtió el documento.

Los especialistas aseguraron que el uso de esta herramienta no busca suplir la labor de la psicología, en cambio, tiene como objetivo nutrir los análisis de esta disciplina, para el desarrollo de nuevos y mejores tratamientos médicos, relacionados a los trastornos del sueño.

Fogli expuso que en la actualidad son muchos los científicos que buscan atestiguar el fenómeno que gira en torno a las practicas oníricas, y que se han propuesto filmar los sueños, para así documentarlos y estudiarlos a profundidad, pues recordaron las palabras de Sigmund Freud en las que aseguraba que «(la) naturaleza de las fuerzas psíquicas de cuya acción conjugada o contraria nace el sueño». Hay que recordar que Freud, estableció durante el siglo XIX, que los sueños son mensajes del inconsciente, a través de los cuales manifestamos nuestros miedos y deseos reprimidos, parte importante de nuestra personalidad. Sin embargo, tanto la psicología como la ciencia actual no está muy convencidas de ello.

Fuente: elsiglodetorreon.com.mx