¿Cómo los virus gigantes podrían ayudar a combatir la resistencia a los antibióticos?
La resistencia a los antibióticos es uno de los grandes problemas que preocupa a los científicos y que a largo plazo podría poner en riesgo a la humanidad
La resistencia a los antibióticos es uno de los grandes problemas que preocupa a los científicos y que a largo plazo podría poner en riesgo a la humanidad, pero los llamados virus gigantes han llamado la atención de la ciencia por posiblemente ser la solución.
Estos virus caracterizados como bacteriófagos, han estado teniendo una lucha contra las bacterias desde mucho antes de que existiéramos, por lo que podrían tener la clave o por lo menos pistas para vencer a las bacterias resistentes a los antibióticos.
Por ello, investigadores de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, analizaron más de cerca algunos de los fagos gigantes menos estudiados, específicamente 201phi2-1, que infecta a la bacteria Pseudomonas chlororaphis, reseña Science Alert.
Los fagos jumbo tienen un arsenal de técnicas para contrarrestar los mecanismos de defensa bacterianos, creando un escudo alrededor de su material genético, lo que hace que el ciclo de vida de estos virus sea único.
Esta separación del material genómico del resto del contenido celular encerrándolo es un tipo de compartimento diferente a todo lo que se había visto en la naturaleza, dicen los expertos.
Según el artículo, por lo general, los fagos inyectan su material genético en la bacteria donde flota libremente en la sustancia viscosa interna de la célula (citoplasma) mientras el virus secuestra el equipo de la bacteria para replicarse.
Pero estos fagos gigantes construyen un compartimento de separación alrededor de su ADN poco después de que ingresa a su huésped, un poco como nuestras células tienen un núcleo para proteger nuestro ADN, impidiendo que el sistema inmunitario de la bacteria y otras enzimas defensivas interfieran con el ADN viral.
Los científicos utilizaron microscopía crioelectrónica y tomografía para examinar este compartimento hasta la escala atómica. La cubierta protectora se construyó a partir de un solo tipo de proteína, que los investigadores llamaron chimallin, en honor a un antiguo escudo azteca.
La terapia con fagos ya se está utilizando para tratar con éxito a pacientes con infecciones por superbacterias. También se está considerando para personalizar nuestros microbiomas cuando se descontrolan.
Con estas molestas cepas de bacterias que se niegan a morir, se espera que maten a 10 millones de personas anualmente para 2050. Entonces, cualquier pista que podamos obtener del enemigo de nuestro enemigo para defendernos mejor, no puede llegar lo suficientemente pronto, finaliza la nota de Science Alert.
Fuente: elciudadano.com