¿Cómo afectan los eclipses a los animales? La NASA pide tu ayuda para averiguarlo
El proyecto Eclipse Soundscapes de la NASA recopilará observaciones y paisajes sonoros registrados por la ciudadanía durante el “Gran eclipse de América del Norte”
La sombra de un eclipse total de Sol recorrerá algunas regiones de México, Estados Unidos y Canadá este 8 de abril. El día será oscurecido por una noche falsa y breve. La baja frecuencia con la que ocurre un fenómeno de este tipo en la misma zona (que oscila entre los 300 y los 400 años), lo convierte en un evento anómalo para los animales que habitan ahí. Hasta ahora, la mayoría de la información sobre las reacciones de los animales ante un eclipse es anecdótica, pero existen esfuerzos científicos para hacer observaciones sistemáticas. La NASA tiene un plan para incrementar nuestro conocimiento científico sobre la reacción de los animales ante los eclipses y, para hacerlo realidad, necesita a la ciudadanía.
En un eclipse total de Sol, la Luna se posiciona de manera alineada entre la Tierra y nuestra estrella. Para ver uno, es necesario estar en la parte soleada del planeta (donde es de día) y estar ubicado directamente en la trayectoria de la sombra lunar mientras ocurre. La alineación causa que la sombra de la Luna se proyecte sobre la superficie del planeta. Que un evento así ocurra solo cada 300 o 400 años en un mismo lugar no implica, sin embargo, que el fenómeno sea escaso en general. Un eclipse total de Sol ocurre, en promedio, cada 18 meses en algún lugar. Muchas veces cae sobre los océanos y su público suelen ser especies marinas.
Historias previas
Sabemos que la luz solar es una señal ambiental confiable con la que plantas y animales regulan su reloj biológico, pero la manera en que un eclipse afecta este proceso no está bien documentada. Los reportes científicos sobre la modificación de la conducta animal durante los eclipses son pocos e incluso contradictorios.
En el verano de 1991, un grupo de científicos se encontraba en Arizona recolectando cigarras para un estudio. Durante un eclipse parcial de Sol notaron que las cigarras suspendieron su canto cuando la sombra de la Luna disminuyó la luz solar a la mitad. En cambio en la temperatura fue notorio, estaban en un desierto, y suponen que eso influyó en los insectos.
Durante un eclipse total de Sol, en Veracruz, México, un equipo de biólogos estudió el comportamiento de las arañas coloniales tejedoras de orbes. Cuando la umbra (la parte más oscurecida por la sombra de la Luna) llegó, los especímenes se comportaron de manera atípica y comenzaron a derribar sus telarañas. Cuando el Sol volvió, la mayoría de las que habían comenzado a echarlas abajo, las reconstruyeron. Durante el experimento, el grupo iluminó de manera artificial parte de una colonia. Las arañas que, debido a eso, se perdieron el eclipse, no presentaron ese comportamiento.
Hay más relatos. En Bharatpur, India, bajo el crepúsculo corto ocurrido en 1995, científicos reportaron garzas nocturnas dejando sus refugios diurnos. Un año antes, en Kansas, cuatro especies de aves diurnas actuaron como si fuera de noche. En 1984, chimpancés cautivos en Georgia fueron vistos subiendo a las partes más altas de su recinto orientados hacia el cielo.
En otras anécdotas, los espectadores han reportan pájaros que dejan de cantar, grillos chirriando o abejas que regresan a su colmena, reducen su búsqueda de comida o suspenden su vuelo durante la oscuridad total. Pero también hay estudios que niegan que algunos de estos comportamientos ocurran o se puedan atribuir al eclipse.
Por eso, los científicos de la NASA planean no solo sistematizar las observaciones, sino también documentar lo que las personas escuchan y perciben bajo la sombra de la Luna.
El “Gran eclipse de América del Norte”
La NASA ha creado el proyecto de ciencia ciudadana Eclipse Soundscapes para recolectar las experiencias de voluntarios. Está inspirado en un estudio realizado hace casi 100 años por William M. Wheeler y un equipo de colaboradores. En esa ocasión, la Sociedad de Historia Natural de Boston invitó a ciudadanos, guardabosques y naturalistas a informar sobre las actividades de aves, mamíferos, insectos, reptiles y peces durante el eclipse del verano de 1932. Reunieron casi 500 reportes. En su informe final señalan que algunos animales exhibieron conductas nocturnas como regresar a sus nidos y colmenas o hacer vocalizaciones propias de la noche.
El actual estudio de la NASA sumará observaciones realizadas durante el eclipse solar anular del 14 de octubre de 2023 y el eclipse total de Sol del próximo 8 de abril. Este último entrará por México. Será visible primero en Mazatlán, después en Nazas, Torreón, Monclova y Piedras Negras. Estas localidades estarán ubicadas directamente en la umbra del eclipse y, por lo tanto, sus habitantes lo percibirán como total, aunque en regiones aledañas se experimentará como un eclipse parcial, con menor oscuridad. Luego ingresará a Estados Unidos por Texas, pasará por Oklahoma, Arkansas, Missouri, Illinois, Kentucky, Indiana, Ohio, Pensilvania, Nueva York, Vermont, New Hampshire y Maine. Por último, recorrerá Canadá desde el sur de Ontario y continuará por Quebec, Nuevo Brunswick, la isla del Príncipe Eduardo y Cabo Bretón. Las estimaciones astronómicas señalan al puerto mexicano de Mazatlán como el mejor sitio para observar el evento del 2024, que experimentará la totalidad cerca de las 11:07 a.m.
Así puedes hacer ciencia ciudadana
Tan solo en Estados Unidos viven 30 millones de personas en la franja en la que el eclipse se percibirá como total. Si a esto se suma el público mexicano y canadiense, el potencial de recopilar experiencias es inmenso. Eso es lo que quiere aprovechar la NASA.
El proyecto prevé varios niveles de voluntariado: aprendiz, observador, recopilador de datos, analista de datos y facilitador.
El nivel aprendiz se alcanza al tomar un curso en línea que ofrece un certificado. Los observadores deberán registrar sus experiencias con cualquier medio a su disposición el día del eclipse para compartirlas con el proyecto, introduciendo la información en un formato especial. El rol de recopilador de datos es para aquellos que se registren para ser equipados con dispositivos de grabación de AudioMoth para capturar paisajes sonoros durante periodos prolongados. Los analistas de datos estudiarán las grabaciones obtenidas por los recopiladores. Por último, los facilitadores recibirán capacitación para organizar grupos y brigadas que realicen algunas o todas las actividades anteriores.
El diseño de la sección del estudio que se alimentará con los datos obtenidos por los recopiladores cuenta con el apoyo de un consejo asesor que incluye a biólogos acústicos y ecólogos del paisaje sonoro que buscarán responder dos cosas. La primera es si a través de los sonidos de los ecosistemas es posible deducir cómo el comportamiento animal es significativamente afectado por los eclipses. La segunda es distinguir el porcentaje necesario del fenómeno para producir cambios detectables en los paisajes sonoros.
No es la primera vez que se buscan cambios en el paisaje sonoro para analizar efectos en los ecosistema durante eclipses solares. Tampoco es la primera ocasión en que un zoológico se vuelve sitio de estudio durante un fenómeno así. En 2017 se registró el comportamiento de 17 especies en el zoológico Riverbanks en Carolina del Sur para compararlo con observaciones previas del lugar. El 75% de las especies observadas exhibieron alguna respuesta de comportamiento ante el eclipse y la mayoría manifestó sus conductas vespertinas o nocturnas. El segundo comportamiento más observado fue la ansiedad aparente, algo que, señalan en el estudio, no se sabe si responde a la presencia de humanos.
Los eclipses solares han cautivado o atemorizado a la humanidad desde hace milenios. Hoy, representan oportunidades para ensanchar nuestro conocimiento científico. Los eclipses permiten dirigir instrumentos de medición hacia la corona solar. Otros proyectos han evaluado cómo afectan las condiciones atmosféricas. Nicolás Copérnico observó este fenómeno a través de una cámara oscura, lo que, junto a otras observaciones, contribuyó a explicar que el Sol, y no la Tierra, estaba al centro de nuestro sistema planetario.
Fuente: es.wired.com