Claro parentesco de las poblaciones actuales de Asia Oriental con las de la Edad de Piedra
Unos análisis recientes de ADN extraído de restos humanos enterrados hace casi 8 mil años en una cueva en el Extremo Oriente ruso, y la comparación de sus resultados con los de análisis de ADN de habitantes actuales, ha revelado que la composición genética de ciertas poblaciones modernas del este de Asia se parece mucho a las de sus predecesores, cazadores-recolectores.
Este estudio es el primero en obtener datos genómicos nucleares de la antigua población del territorio continental (no insular) de Asia oriental y en comparar los resultados con los de análisis de las poblaciones modernas.
Lo encontrado indica que no hubo una gran irrupción migratoria, o reemplazo masivo poblacional, durante todos estos milenios. Consecuentemente, algunos grupos étnicos contemporáneos comparten una similitud genética notable con los cazadores de la Edad de Piedra que antaño moraron en la misma región.
Esta continuidad genética en Asia Oriental contrasta marcadamente con la situación detectada en la mayor parte de la Europa Occidental, donde una serie de migraciones continuadas de agricultores se impusieron sobre las poblaciones de cazadores-recolectores. Ello fue seguido durante la Edad del Bronce por una oleada de magnitud parecida, integrada por gente procedente de Asia Central y que, habiendo domesticado al caballo, empleaba a estos animales como medio de transporte.
La investigación la ha realizado el equipo internacional de Veronika Siska y Andrea Manica, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.
Genéticamente hablando, las poblaciones de todo el norte del Asia Oriental han cambiado muy poco durante los últimos ocho milenios.
El nuevo estudio también proporciona un apoyo adicional a la teoría del “origen dual” de las poblaciones japonesas modernas, según la cual descienden de una combinación de cazadores-recolectores con agricultores que acabaron trayendo el cultivo húmedo del arroz desde el sur de China. Se aprecia un patrón similar en los vecinos coreanos, que son muy próximos genéticamente a los japoneses.
La extracción de ADN antiguo se hizo de restos humanos que se encontraron en una cueva conocida como la Puerta del Diablo, situada en un área montañosa. Las primeras excavaciones científicas en la cueva las hizo un equipo soviético, en 1973.
Junto con herramientas de piedra y hueso, así como uno de los ejemplos más antiguos de tejido textil y otros objetos, se encontraron los restos mortales incompletos de cinco humanos.
Las mejores muestras para análisis encontradas en la Puerta del Diablo provienen de cráneos de dos mujeres: una de unos veintipocos años, y la otra próxima a los 50. El yacimiento arqueológico, por su parte, data de hace más de 9 mil años, pero se estima que las dos mujeres murieron hace alrededor de 7 mil 700 años.
Los investigadores consiguieron mucha información de la mujer de mediana edad. Su ADN reveló que probablemente tuvo ojos marrones y un cabello grueso y liso.
Fuente: noticiasdelaciencia.com