Un grupo de investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel, modificaron una bacteria para que se alimente de CO2, el principal gas responsable del calentamiento global.
Se trata de la bacteria Escherichia coli (E. coli), la cual normalmente se alimenta de azúcares y los convierte en energía y proteínas, emitiendo CO2 en el proceso.
El equipo de trabajo liderado por el profesor israelí Ron Milo ha utilizado ingeniería genética para lograr que la bacteria no emplee azúcares, sino el propio CO2. Un trabajo de investigación de casi una década de diseño racional.
“Creemos que este avance podría allanar el camino hacia la producción industrial de alimentos y combustibles renovables”, explicó Milo a El País.
De acuerdo con el profesor, al producir combustibles con cero emisiones, se podría aminorar el consumo de combustibles fósiles y con ello disminuir las emisiones globales de CO2.
“Las bacterias no podrían sobrevivir en la naturaleza, ya que no tendrían las fuentes de energía necesarias y serían desplazadas por bacterias naturales más aptas. No queremos interferir de ninguna manera en la ecología natural”.
Fuente: tecreview.tec.mx