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Científicos mexicanos desarrollan tratamiento genético para tratar cirrosis

Juan Armendáriz, investigador del campus de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara (UdeG) explicó en conferencia de prensa que utilizaron la terapia genética que usa genes de humanos para ser inyectados en las personas para revertir enfermedades que no han podido ser curadas por los métodos convencionales.

En el marco del Día Mundial de la Hepatitis que se celebra el 28 de julio, Armendáriz, líder de la investigación, explicó que desarrollaron vectores adenovirales (virus modificados que no generan infecciones) con un gen de las metaloproteinasas conocido como MMP8.

Estas enzimas o proteínas son producidas de manera natural por el cuerpo para descomponer el colágeno y participan en los procesos de curación de heridas, regeneración de tejidos y contra la invasión o la metástasis de células tumorales.

Los vectores adenovirales con el gen de la MMP8 fueron administrados en músculos y lograron estimular la regeneración hepática.

“El desarrollo tecnológico que estamos haciendo es utilizar un mecanismo fisiológico que tiene el organismo al utilizar unas proteínas que degradan la matriz extracelular o la fibrosis que hay en el hígado, esto le ayuda a regenerarse y eventualmente volverlo funcional”, dijo Jesús García, del Instituto de Biología Molecular en Medicina y Terapia Génica de la UdeG.

Explicó que es como si tuvieran una fábrica de estas proteínas a nivel muscular, mediante la medicina genómica que utiliza los vectores adenovirales que llevan el ADN de la proteína hacia el músculo, el cual lo reproduce y a su vez lo envía al hígado para regenerarlo.

La cirrosis no es causada solo por la ingesta de alcohol, ya que solo el 25 % de quienes ingieren esta sustancia desarrollan esa enfermedad, sino también por la hepatitis tipo C o el cáncer de hígado, explicaron los especialistas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que hay 71 millones de personas en el mundo con el virus de la hepatitis C y un número considerable de estos enfermos desarrollarán cirrosis o cáncer de hígado.

Cada año, mueren unas 399,000 personas a causa de esta enfermedad, sobre todo por cirrosis y carcinoma hepatocelular.

Armendáriz dijo que este tratamiento hasta ahora ha sido utilizado en animales, pero podría ser utilizado también en pacientes con nefropatía diabética y cuyo riñón se ha deteriorado.

En el estudio participaron investigadores de la UdeG y del Tecnológico de Monterrey, quienes han obtenido diversos reconocimientos.

Fuente: EFE