Científicos hallan nueva evidencia de agua en el interior de la Luna
Un nuevo estudio de datos de satélite, publicado en ‘Nature Geoscience’, ha revelado que numerosos depósitos volcánicos distribuidos a través de la superficie de la Luna contienen cantidades inusualmente altas de agua atrapada en comparación con los terrenos circundantes. El hallazgo de agua en estos antiguos depósitos, que se cree que consisten en cuentas de vidrio formadas por la erupción explosiva de magma procedente del profundo interior lunar, refuerza la idea de que el manto lunar es sorprendentemente rico en agua.
Los científicos habían asumido durante años que el interior de la Luna se había reducido de agua y otros compuestos volátiles. Eso comenzó a cambiar en 2008, cuando un equipo de investigación, en el que trabajó el geólogo de la Universidad Brown, Alberto Saal, detectó pequeñas cantidades de agua en algunas de las cuentas de vidrio volcánicas traídas a la Tierra de las misiones Apolo 15 y 17 a la Luna. En 2011, el estudio adicional de pequeñas formaciones cristalinas dentro de esas cuentas reveló que, en realidad, contenían cantidades similares de agua como algunos basaltos en la Tierra. Esto sugiere que el manto de la Luna –partes de él, por lo menos– contienen tanta agua como el de la Tierra.
«La pregunta clave es si esas muestras de Apolo representan las condiciones masivas del interior lunar o representan regiones inusuales o tal vez anómalas ricas en agua dentro de un manto seco», reflexiona el autor principal de la nueva investigación, Ralph Milliken, profesor asociado en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Medio Ambiente y Planetarias de la Universidad de Brown, que ha co-escrito el trabajo con el investigador postdoctoral en la Universidad de Hawai, Shuai Li.
«Observando los datos orbitales, podemos examinar los grandes depósitos piroclásticos de la Luna que nunca fueron muestreados por las misiones Apolo o misiones a la Luna. El hecho de que casi todas exhiban huellas de agua sugiere que las muestras de Apolo no son anormales, por lo que puede ser que el interior masivo de la Luna esté húmedo», asegura.
Para detectar el contenido de agua de los depósitos volcánicos lunares, los científicos usaron espectrómetros orbitales para medir la luz que rebota sobre una superficie planetaria. Al mirar qué longitudes de onda de luz son absorbidas o reflejadas por la superficie, los científicos pueden tener una idea de qué minerales y otros compuestos están presentes.
El problema es que la superficie lunar se calienta a lo largo de un día, especialmente en las latitudes donde se encuentran estos depósitos piroclásticos. Esto significa que además de la luz reflejada desde la superficie, el espectrómetro también termina midiendo el calor. «La radiación emitida térmicamente ocurre en las mismas longitudes de onda que necesitamos usar para buscar agua –explica Milliken–. Así que, para decir con toda confianza que el agua está presente, primero tenemos que explicar y eliminar el componente térmicamente emitido».
Implicaciones para la futura exploración lunar
Para ello, Li y Milliken utilizaron mediciones basadas en laboratorio de muestras devueltas de las misiones de Apolo, combinadas con un detallado perfil de temperatura de las áreas de interés en la superficie de la Luna. Utilizando la nueva corrección térmica, los investigadores examinaron los datos del Moon Mineralogy Mapper, un espectrómetro de imágenes que voló a bordo de la órbita lunar Chandrayaan-1 de la India.
Los investigadores encontraron evidencia de agua en casi todos los grandes depósitos piroclásticos que habían sido previamente mapeados a través de la superficie de la Luna, incluyendo depósitos cerca de los sitios de aterrizaje del Apolo 15 y 17 donde se recolectaron las muestras de cuentas de vidrio que llevaban agua.
«La distribución de estos depósitos ricos en agua es la clave –opina Milliken–. Están esparcidos por la superficie, lo que nos dice que el agua que se encuentra en las muestras de Apolo no es la única. Los depósitos piroclásticos lunares parecen ser universalmente ricos en agua, lo que sugiere que lo mismo podría ser cierto del manto».
La idea de que el interior de la Luna es rico en agua plantea interesantes preguntas sobre su formación. Los científicos creen que la Luna se formó a partir de los restos que dejó un objeto del tamaño de Marte cuando golpeó la Tierra en la historia temprana del Sistema Solar. Una de las razones por las que los científicos habían asumido que el interior de la Luna debía de estar seco es que parece improbable que el hidrógeno necesario para formar agua pudiera haber sobrevivido al calor de ese impacto.
«La creciente evidencia del agua dentro de la Luna sugiere que el agua de alguna manera sobrevivió, o que fue traída poco después del impacto de asteroides o cometas antes de que la Luna se hubiese solidificado completamente», opina Li, que insiste en que «El origen exacto del agua en el interior lunar sigue siendo una gran pregunta».
Además de arrojar luz sobre la historia del agua en el Sistema Solar temprano, la investigación también podría tener implicaciones para la futura exploración lunar. Las cuentas volcánicas no contienen mucha agua –alrededor de 0,05 por ciento en peso, según los investigadores– pero los depósitos son grandes, y el agua podría ser potencialmente extraída.
«Otros estudios han sugerido la presencia de hielo de agua en regiones sombreadas en los polos lunares, pero los depósitos piroclásticos se encuentran en lugares que pueden ser más fáciles de acceder», señala Li. «Cualquier cosa que ayude a salvar a los futuros exploradores lunares de tener que llevar mucha agua desde casa es un gran paso adelante, y nuestros resultados sugieren una nueva alternativa», concluye.
Fuente: Europa Press