Científicos descubrieron pistas de que los mamíferos del Jurásico vivían más y se desarrollaban más lento
La tecnología utilizada para determinar la edad de los fósiles descritos en un estudio reciente permitió a los investigadores contar las capas de los dientes al igual que los anillos de un árbol
Los restos fósiles descubiertos de dos pequeños mamíferos de la época de los dinosaurios proporcionaron nuevas evidencias sobre el crecimiento y la longevidad.
Fue gracias a los resultados de un estudio reciente, publicado el 24 de julio en la revista Nature y encabezado por científicos de los Museos Nacionales de Escocia (Reino Unido) que se describieron dos especímenes, uno juvenil y otro adulto, de un pequeño mamífero.
Dichos animales que, según reportes de la agencia de noticias, son del tamaño de un ratón, pisaron la tierra y deambularon por los parajes de la isla escocesa de Skye hace aproximadamente 166 millones de años.
¿Los mamíferos vivían más?
En su investigación, los científicos hallaron evidencia que sugiere que dichos mamíferos primitivos vivían más años y necesitaban aún más tiempo para alcanzar la madurez en comparación con los especímenes más modernos de talla y complexión similar.
De acuerdo con el equipo de investigadores, los mammaliaformes (los primeros mamíferos y sus parientes extintos más cercanos) tenían un peso que, según EFE, rondaba los 100 gramos o menos en su edad adulta y presentaban tasas de crecimiento más lentas y mayores esperanzas de vida que sus congéneres modernos.
Esto también sugiere que tenían fisiologías e historias vitales diferentes, de acuerdo con las estimaciones del equipo.
Los restos fósiles pertenecen a la especie Krusatodon kirtlingtonensis. El más joven representa un descubrimiento sorprendente de por sí, pues es el único esqueleto de mamífero que habitó durante el período Jurásico que la ciencia conoce de esa edad.
El adulto, por otro lado, es considerado como uno de los esqueletos de mamífero de dicho periodo más intactos del mundo, según EFE.
Los científicos recurrieron a la utilización de imágenes de rayos X para contar los anillos de crecimiento de los dientes de los mamíferos con el objetivo de determinar la edad de los ejemplares al momento de su muerte.
Descubrieron que el adulto tenía cerca de 7 años, mientras que el más joven tenía entre 1 y 2 años. El más viejo se encontró en la década de 1970, el otro ejemplar en 2016.
Elsa Panciroli, autora principal e investigadora asociada de paleobiología en los Museos Nacionales de Escocia, declaró en un comunicado que los fósiles proporcionan “información sin precedentes” sobre la vida de los primeros mamíferos que habitaron en la época de los dinosaurios.
“Aunque por fuera el Krusatodon parecía una musaraña o un ratón, por dentro era bastante diferente, crecía lentamente y vivía mucho más que los pequeños mamíferos actuales”, explicó Panciroli.
”Esto es sólo la punta del iceberg”
La autora principal considera que los fósiles de la isla de Skye “ponen a Escocia en el mapa” en cuanto a “la comprensión de la evolución de los mamíferos”. “Esto es sólo la punta del iceberg en términos de lo que pueden decirnos”, añadió.
Stig Walsh, curador principal de paleobiología de vertebrados en los Museos Nacionales de Escocia y coautor del estudio, señaló que los fósiles de mamíferos de “esta edad son excepcionalmente raros en todo el mundo”.
“Encontrar dos esqueletos fósiles tan raros de la misma especie en diferentes etapas de crecimiento ha reescrito nuestra comprensión de las vidas de los mamíferos más primitivos”, admitió Walsh.
El coautor del estudio dijo sentirse “encantado” de que estos dos restos óseos formen parte de la Colección Nacional de Escocia, “una parte importante del registro fósil mundial” y que sean conservados en buenas condiciones para “las generaciones futuras de investigadores”.
Elis Newham, investigadora postdoctoral asociada en la Universidad Queen Mary de Londres, explicó que el estudio se “benefició enormemente” de una técnica nueva desarrollada utilizando tecnología de rayos X de sincrotrón.
“Esto nos permitió analizar los patrones de crecimiento en los dientes de estos fósiles, de manera similar a contar los anillos de los árboles”, aseguró Newham.
Fuente: infobae.com