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Científicos descubren los primeros órganos de animales que permiten ‘ver’ campos magnéticos

Científicos de la Universidad de Duisburg-Essen, en Alemania, han descubierto los primeros órganos de animales que pueden ‘ver’ campos magnéticos, según queda recogido en un estudio publicado este miércoles en Journal of the Royal Society Interface.

Se trata de los ojos de las ratas topo de Ansell, cuyo diminuto tamaño apenas les permite distinguir entre la luz y la oscuridad. Estos roedores “no se orientan por la visión”, explica el zoólogo y autor principal de la investigación, Kai Caspar. “La visión es más o menos completamente insignificante para ellos”, recalca.

Sin embargo, recientes experimentos concluyeron que la percepción de los campos magnéticos de las ratas topo “probablemente” se debe a la presencia en la córnea de sus ojos de “receptores basados en magnetita”, de apenas dos milímetros de diámetro.

Experimento de enucleación ocular

Para comprobarlo, los investigadores extirparon quirúrgicamente los ojos de varios especímenes mediante un proceso llamado enucleación. Tras analizar el comportamiento de los animales intervenidos durante 18 meses, observaron que las ratas topo enucleadas se comportaban igual que las otras y podían desarrollar actividades como cavar, acicalarse entre sí o jugar.

Sin embargo, en una segunda fase del experimento, consistente en la creación de zonas de anidación para controlar con precisión los campos magnéticos, los especialistas notaron que el grupo de control que aún tenía ojos anidaba en el área habitual, a diferencia de los roedores intervenidos, que construyeron sus nidos en lugares aleatorios.

“Llegamos a la conclusión de que la eliminación de los ojos provocó un deterioro permanente del sentido magnético […] Nuestro estudio es el primero en identificar un órgano magnetorreceptivo en un mamífero”, escriben los autores en su artículo.

Estudios previos han investigado la capacidad de determinados animales, como las aves y los perros, para sentir los campos magnéticos y usarlos en su orientación. Sin embargo, la ciencia todavía no ha podido determinar el mecanismo biológico que sustenta este ‘sexto sentido’.

Fuente: enlineadirecta.info