El cambio climático no solo ha alterado el nivel de los océanos y el hábitat de animales al alcance de nuestra vista, sino que también ha desplazado a aquellos que no vemos a simple vista. Un ejemplo de ellos son las bacterias “que se alimentan de carne”, que habitan en océanos pero que recientemente han empezado a aparecer en las aguas de playa.
En un informe publicado recientemente se describen cinco casos de infecciones bacterianas graves adquiridas por personas que estuvieron expuestas al agua del mar o los ariscos de la Bahía de Delaware, que se encuentra entre Delaware y Nueva Jersey.
Estas infecciones fueron provocadas por bacterias que se alimentan de carne, específicamente, por la Vibrio vulnificus, la cual habita en aguas oceánicas que están por encima de los 55 grados Fahrenheit (13 grados Celsius). Pero lo relevante del hecho es que esta no es típica de la bahía de Delaware. Al contrario, suele estar en aguas más cálidas, como las del Golfo de México.
“Vibrio vulnificus es endémico a lo largo de la costa sureste de los Estados Unidos. También se han reportado casos de infección por V vulnificus en la Bahía de Chesapeake, pero rara vez se reportan en el Delaware”.
Los autores del informe consideran que el aumento de la temperatura en los océanos derivado de los cambios climáticos pueden estar detrás del desplazamiento de esta bacteria hacia el norte. Y quizás es por esta razón ahora está ocasionando infecciones en áreas en las que no lo hacía antes.
Los efectos de una infección con Vibrio vulnificus
Entre 2008 y 2016, el hospital solo registró un caso por infección con Vibrio vulnificus, pero entre los veranos de 2017 y 2018 la cifra aumentó a cinco casos en total.
Los autores citan dos formas en las que las personas pueden infectarse con V. vulnificus: una es por medio de la ingesta de animales marinos contaminados con la bacteria, como los mariscos, o bien a través de una herida abierta a la que ingrese el agua contaminada con esta.
La mayoría de las personas que adquieren la infección solo presentarán síntomas leves.
Sin embargo, también existe la posibilidad de que estos se conviertan en infecciones de la piel o del torrente sanguíneo. Un ejemplo de ello es la fascitis necrotizante, una infección muy rara que destruye la piel y el tejido muscular rápidamente, lo cual puede resultar en amputaciones e incluso la muerte del paciente. De ahí que se le clasifique como una bacteria que se alimenta de carne.
Los cinco pacientes mencionados habían ido a la cancha en la Bahía de Delaware o habían consumido mariscos de la zona. Todos desarrollaron fascitis necrotizante, aunque solo uno murió.
Uno de ellos era un hombre de 46 años que sufrió una lesión menor en una pierna al preparar cangrejos, que luego de dos días, se hinchó y desarrolló ampollas además de presentar un dolor progresivo. El diagnóstico fue infección por V. vulnificus, la cual requirió una cirugía de emergencia para extirpar el tejido muerto de la pierna y su reparación con injertos de piel.
Un hombre de 60 años que también visitó la Bahía de Delaware, se comió una docena de cangrejos sacados de esta, y también desarrolló una hinchazón progresiva en su pierna derecha. Se sometió a una cirugía para aliviar la presión de su pierna, pero la infección se extendió a sus otras extremidades, lo cual llevó a los médicos a amputárselas. A pesar de ello, sobrevivió.
Otro fue un hombre de 64 años de edad que luego de haber limpiado y comido cangrejos, desarrolló una hinchazón severa con ampollas llenas de líquido en su mano derecha. También requirió una cirugía de emergencia, pero presentó una anormalidad cardíaca y murió.
¿Cómo prevenir la infección con V. vulnificus?
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) ha resaltado entre los factores de riesgo para contraer la fascitis necrotizante con V. vulnificus un sistema inmune debilitado. Aquellas personas que padecen enfermedades que debilitan el sistema inmunitario, son más propensas a contraer la enfermedad, pues esta no suele ocurrir en aquellas que están sanas.
La prueba de ello es que de los cinco casos descritos en el informe, tres personas tenían hepatitis B o C, y uno padecía diabetes.
En su publicación en la revista Annals of Internal Medicine, los autores del informe advierten que es probable que sigan presentándose caso de infección por esta bacteria:
“Creemos que los clínicos deben ser conscientes de la posibilidad de que las infecciones por V. vulnificus se produzcan con más frecuencia fuera de las áreas geográficas tradicionales”.
Así que para prevenir la infección, se recomienda que las personas con heridas abiertas entren en contacto con agua salada, y en caso de que no pueda evitarlo, que cubran sus heridas con un vendaje impermeable. A su vez, recomiendan evitar la ingesta de mariscos crudos o poco cocidos.
Fuente: tekcrispy.com