Caimanes y búhos derraman lágrimas por la ciencia

Las numerosas formas en que los animales mantienen sus ojos húmedos podrían ayudar a resolver los problemas de visión de los humanos

Dr. Arianne Pontes Oriá se mantiene firme: no hace llorar a los animales para ganarse la vida.

Técnicamente sólo los seres humanos pueden llorar o sollozar en respuesta a un estado emocional, dijo Oriá, veterinaria en la Universidad Federal de Bahía, en Brasil. Pero Oriá sí recolecta lágrimas de animales —el líquido que mantiene los ojos limpios y los nutre.

En los vertebrados las lágrimas son vitales para la visión, dijo Oriá. Como ella y sus colegas han informado en una serie de estudios recientes, incluyendo uno publicado el 13 de agosto en la revista Frontiers in Veterinary Science, las lágrimas pueden ser grandes ecualizadores: diferentes vertebrados parecen envolver sus ojos con líquido de la misma manera.

La evolución ha jugueteado con las lágrimas de las criaturas del mundo en formas que los científicos apenas comienzan a explorar.

Investigación como la de Oriá podría ofrecer un vistazo a la variedad de caminos que han tomado los ojos para maximizar su salud y el bienestar de los organismos que los usan.

Dada la frecuencia con la que los problemas oculares pueden afectar a los humanos y a otros animales, hay “mucho que aprender de estas adaptaciones”, afirmó Sara Thomasy, oftalmóloga veterinaria en la Universidad de California, en Davis, que no participó en los estudios de Oriá.

Oriá comenzó su investigación estudiando las lágrimas de los caimanes, que tienen “una superficie ocular muy particular”, dijo.

Los humanos parpadean unas 15 veces por minuto, lo que ayuda a esparcir sobre la córnea las lágrimas recién exprimidas, pero los caimanes pueden pasar alrededor de dos horas sin mover los párpados (y tienen tres). No se les secan los ojos.

“Empezamos a pensar: ‘¿Qué tipo de moléculas dan estabilidad a estas películas lacrimógenas?’”, dijo Oriá. La respuesta, añadió, podría ayudar al desarrollo de tratamientos para la resequedad de los ojos.

La lista de donantes de lágrimas de su equipo se ha extendido a incluir otros reptiles, como tortugas y galápagos, así como halcones, loros, búhos y otras aves. También han añadido mamíferos como humanos, perros y caballos.

Aún no está totalmente claro qué es lo que hace que las lágrimas de caimán sean tan duraderas. Pero el equipo de Oriá recabó algunas pistas de los patrones de cristales que dejan tras secarse. Las lágrimas secas de caimán, dijo Oriá, forman entramados más gruesos que las de otros animales, lo cual podría hacerlas más estables.

Sin embargo, la receta química de las lágrimas, que incluye una mezcla de agua, grasas, proteínas y minerales cargados (como el sodio), parece ser bastante similar entre diversas especies. Las pocas variaciones que existen parecen estar relacionadas con el hábitat, hallaron los investigadores.

Fuente: clarin.com