A día de hoy contamos con distintos tipos de leche de vaca que si bien contienen la misma proporción de proteínas, azúcares –fundamentalmente, lactosa– y calcio, difieren, y mucho, en su contenido en grasa. Se trata de las consabidas leches entera, semidesnatada y desnatada, cuya elección dependerá de los gustos del usuario y de su interés por mantener la línea. O así debería ser, al menos, en el caso de los adultos. Y es que los niños se encuentran en aún en una fase de crecimiento, por lo que la grasa, caso de la que se encuentra en la leche entera, es muy importante para un correcto desarrollo. Pero, ¿la leche entera no aumenta el riesgo de que los niños padezcan sobrepeso? Pues no. De hecho, un estudio dirigido por investigadores del Hospital St. Michael de Toronto (Canadá) muestra que los niños que beben leche entera son más delgados que aquellos que toman leche desnatada o semidesnatada. Y asimismo, que tienen unos mayores niveles de vitamina D, que igualmente juega un papel esencial en el desarrollo.
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