La carne procesada, esto es, toda carne que ha sido sometida a curación, fermentación, ahumado u otros procesos para mejorar el sabor y preservar el alimento, es cancerígena. Así lo alertó un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015, en el que advertía de que el consumo de este tipo de carne, caso de las salchichas, los embutidos, las hamburguesas, el beicon o la cecina, se asociaba a un riesgo mucho mayor de padecer cáncer colorrectal. Sin embargo, parece que los efectos nocivos para la salud de la carne procesada no terminan aquí. Y es que como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (INSERM), el consumo diario de este tipo de carne también empeora, y de forma muy significativa, los síntomas del asma.
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