En torno a una de cada cuatro parejas del mundo occidental –y cerca de un 15 por ciento de las españolas– padece problemas de infertilidad, esto es, la imposibilidad de lograr la concepción natural de un hijo tras 12 meses de relaciones sexuales sin el uso de métodos anticonceptivos. Unos problemas que, si bien pueden tener una causa biológica –sobre todo, la edad ‘avanzada’ de los progenitores–, tiene en muchos casos un origen psicosexual. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que la mayoría de terapias se dirigen solo a los aspectos meramente biológicos de la enfermedad. De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Colegio Imperial de Londres (Reino Unido), en el que se sugiere que los trastornos psicosexuales, y por tanto un gran número de casos de infertilidad, podrían tratarse de forma eficaz con la administración de una única hormona –la denominada ‘kisspeptina’.
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