Que los científicos se comuniquen en una lengua común tiene grandes ventajas, pero también hay algunas desventajas.
En el invierno de 1953, Vladimir Nabokov terminó de escribir Lolita, en inglés, casi un año después de la primera proyección de Esperando a Godot, una obra absurda escrita por Samuel Beckett, un escritor irlandés, en francés. Estos dos autores eligieron una lengua extranjera para expresar sus tesis, y tradujeron ellos mismos las obras a sus lenguas maternas. Si bien es poco frecuente que escritores elijan moverse fuera de sus lenguas maternas, los científicos hoy en día lo hacen con bastante frecuencia.
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