Parece que en la normalidad del Ártico está ahora que potentes tormentas invernales lleven con regularidad aire caliente hacia el norte y hagan que, en ciertos momentos, la temperatura alcance un punto que no resultaría especialmente frío ni siquiera en latitudes como las nuestras. Normal es que en la noche polar las temperaturas medias del ártico estén entre los 20 y los 30 grados bajo de cero. Sin embargo, el miércoles 8 de febrero la temperatura subió tras una borrasca, como ya había ocurrido varias veces en los últimos meses, hasta cerca del punto de congelación, situación que se mantuvo solo durante 24 horas. Pero inmediatamente subió de nuevo y hasta sobrepasó en algún punto los cero grados, como se ve en la gráfica de abajo.
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