Científicos mexicanos estudian en menores obesos el efecto de la fibra en el equilibrio de glucosa

En la última década, la microbiota (conjunto de microorganismos) intestinal ha surgido como un posible factor asociado al desarrollo de la obesidad y de alteraciones metabólicas, antesala de padecimientos crónicos como diabetes e hipertensión.

En México, los estudios de obesidad infantil y microbiota intestinal son escasos, por lo que un grupo de investigadores de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicadas a la Salud, del Instituto Nacional de Medicina Genómica, caracterizó las diferencias en la composición y funcionalidad de la microbiota intestinal en niños obesos en comparación con delgados, para determinar la asociación con el desarrollo de alteraciones metabólicas, en interacción con factores dietarios y de estilo de vida.

Una de las primeras conclusiones de este trabajo es que en el contexto de una dieta prudente, con mayor consumo de fibra insoluble (en cereales integrales, verduras y frutas) puede llevar a mayor diversidad en la microbiota, lo que ayuda a no desarrollar obesidad o sobrepeso.

“Además se pueden mejorar procesos de señalización de la insulina y con ello mejorar la homeostasis (equilibrio interno) de glucosa”, puntualizó Sofía Morán Ramos, quien encabeza la investigación. Añade que la microbiota intestinal evoluciona con el humano desde el nacimiento y está influenciada por aspectos como la dieta, el genotipo, el uso de antibióticos, entre otros.

Se estima que hay más de 2 mil especies bacterianas intestinales diferentes, pero el estilo de vida urbano provoca una pérdida en la diversidad de microorganismos benéficos, lo que nos deja menos herramientas para evitar el sobrepeso, considera la doctora Morán Ramos.

Para realizar este estudio, el equipo de colaboradores de Morán Ramos se basó en los datos antropométricos, bioquímicos y fecales de cerca de mil niños mexicanos (en edad escolar de 6 a 12 años), que asistieron a la convivencia infantil del Sindicato de Trabajadores de la Secretaria de Salud del 2013 al 2015.

“Comparamos la riqueza y diversidad de la microbiota intestinal de los niños con los que trabajamos con los niveles característicos reportados para el grupo de edad, y encontramos que estos niveles solo se encuentran en niños con peso normal, por lo que el sobrepeso y la obesidad impiden el crecimiento en la riqueza y diversidad de la microbiota intestinal”.

Durante la conferencia “Factores nutrimentales asociados con la microbiota intestinal”, Morán Ramos dijo que era importante saber cómo los niños con baja riqueza y diversidad de la microbiota del intestino podían alcanzar la diversidad normal.

Se encontró que la fibra dietaría se relaciona de manera positiva, en particular la insoluble que proviene de cereales de grano entero, de leguminosas, de algunas frutas y de algunas verduras.

“Se ha postulado que la fibra puede tener un efecto benéfico en la salud, ya que a partir de la descomposición que hacen las bacterias intestinales se producen ácidos grasos de cadena corta y estos al absorberse en la circulación a través de receptores específicos en tejido adiposo, en hígado y en músculo.

“Lo que se ha propuesto es que pueden generarse estrategias ya sea dietarias, para modular la microbiota y que a través de ésta pueda mejorarse el estado de salud, pero también se ha propuesto que pueda haber reintroducción de especies pérdidas para alcanzar esa diversidad y tener ese estado de salud óptima”, comentó Morán Ramos, especialista en enfermedades metabólicas.

Con información de la Academia Mexicana de Ciencias. (Agencia ID)