En individuos sanos, el organismo utiliza glucosa para enfrentar al estímulo que los estresa en forma inmediata e imprevista, un sismo por ejemplo. Sin embargo, en los pacientes con diabetes ocasiona que el azúcar recién liberado se acumule en la sangre.
Frente a una situación inesperada de estrés, explica el doctor en psicología Arturo del Castillo Arreola, se genera una actividad excesiva en los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico, al igual que en los llamados complementarios, como el simpático (moviliza las reservas de energía en estados de emergencia) y el parasimpático (cuya función consiste en conservar y almacenar dichas reservas).
“En respuesta a dichos cambios fisiológicos se segregan hormonas como noradrenalina y adrenalina, que ocasionan un incremento en la presión arterial”, comenta el profesor-investigador del Área Académica de psicología de la Universidad del Estado de Hidalgo (UAEH).
Agrega que la hormona llamada cortisol la produce el cerebro de manera anormal por una imprevista situación de estrés. Si bien promueve la segregación de la glucosa almacenada en el hígado, al mismo tiempo obstaculiza su ingreso a las células, por lo que el azúcar referido se mantendrá en niveles altos en el torrente sanguíneo.
Sin embargo, también puede presentarse lo contrario, es decir, que los niveles de glucosa bajen presentando entonces hipoglucemia.
En cualquiera de los casos, el paciente debe tener un adecuado control con dieta balanceada, ejercicio y medicamentos que se ajusten a sus necesidades particulares de salud, ya que esto les permitirá sobreponerse más rápido a los eventos adversos.
Es importante que en una situación de riesgo, el paciente y sus familiares guarden la calma y, en caso de ser necesario, busquen ayuda psicológica para superar el impacto emocional.
Al respecto, el doctor del Castillo Arreola resalta la participación del especialista en salud mental al brindar orientación para que el paciente tome conciencia sobre su tratamiento y las conductas a seguir para mantener un adecuado control de la enfermedad.
Destaca también que entre las formas de controlar el estrés se encuentran las técnicas de relajación, cuya base es una respiración correcta. Asimismo, recomienda las actividades recreativas y modificar las ideas equivocadas en torno al padecimiento.
Si usted quiere experimentar una técnica de respiración profunda, aunque no haya vivido una situación de estrés súbito, este ejercicio es recomendado por la Harvard Medical School:
° Encuentre un lugar cómodo o silencioso para sentarse o acostarse.
° Inhale lentamente a través de la nariz permitiendo que su pecho y la parte baja de su estómago se eleven mientras llena sus pulmones.
° Deje que su abdomen se expanda por completo.
° Exhale lentamente por la boca.
° Practique la respiración profunda mientras cierras los ojos y evoque imágenes que le tranquilicen y quizá una palabra o frase que le ayude a concentrarse y a relajarse.
La relajación progresiva de los músculos y los pensamientos positivos reducen el riesgo de complicaciones mayores, como enfermedad cardiaca, problemas de visión, fallas en los riñones y daño nervioso. (Agencia ID)