Wearables, las nuevas tecnologías para llevar en la piel
¿Nos estaremos por convertir en robots? Usuarios conectados, deportistas monitoreados, ahorristas a salvo, aventureros informados. Las nuevas tecnologías avanzan en el diseño de dispositivos para incorporar al cuerpo. Una segunda piel que advierte sobre la performance deportiva o resguarda claves virtuales. El futuro llegó y en formato de gadgets cuyas funciones optimizan el desempeño.
Entre los diseñadores emergentes volcados a este desafío innovador, el inglés Benjamin Hubert está a la cabeza con dos productos: una billetera anti-hacker y un controlador de rendimiento para deportistas amateurs.
Para proteger monedas encriptadas, como la Bitcoin, Hubert diseñó Trove, que se basa en el latido del corazón del usuario. La línea de accesorios inteligentes admite el formato de collar, pulsera o broche imantado. El sistema funciona como un sensor de electrocardiograma que sólo puede abrir el usuario presionando su piel contra la zona de contacto. Así, reconoce el patrón del latido, desbloquea la clave, y activa una conexión por Bluetooth con la aplicación que proporciona acceso a los datos y fondos disponibles.
La información es la clave de la propuesta, ya que al proteger las claves, los piratas informáticos quedan fuera de juego. Al almacenar los datos offline en el hardware es menos susceptible de vulnerar. El dispositivo está diseñado en roca volcánica táctil y policarbonato, que funciona con un puerto USB e, inductivamente, carga la moneda.
En tanto, Playr fue pensado para mejorar el rendimiento deportivo. Atletas o futbolistas llevarán la aplicación en la camiseta, que brindará datos de musculación, fuerza, nutrición, cansancio, medición de distancias y rendimientos personalizados. En alianza con la empresa de análisis deportivos y tecnología Catapult, el dispositivo combina el seguimiento del GPS. Con estadísticas individuales o de equipo, el Smartpod detecta hasta 1.250 movimientos por segundo para elaborar resultados. Además, cuenta con asistencia online, elaborada a partir de la experiencia de entrenadores profesionales y científicos del deporte. La tecnología LED y la batería de recarga inalámbrica completan el servicio.
Las funciones integradas son la clave de estos nuevos chiches que combinan tecnología e inteligencia artificial. En la última Semana de Diseño de Milán, la firma Puma y el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) lanzaron los resultados de investigaciones sobre biodiseño y biotecnología, las protagonistas del momento.
Las zapatillas que controlan la transpiración a partir de materiales derivados de algas causaron furor. Además de algas, otros materiales vivos como bacterias y telas de araña, que componen la base de los hongos o el micelio (la parte vegetativa de los hongos). Entre los lanzamientos, se vio la Breathing Shoe, una zapatilla deportiva capaz de regular la transpiración según las necesidades concretas de cada persona. A medida que las bacterias consumen las sustancias gelatinosas de la suela, se crean más superficies de ventilación.
Otra, la Deep Learing Insole, es una suela diseñada para adaptarse en tiempo real a la pisada del atleta con un sistema orgánico que mide la fatiga y el bienestar. Y finalmente, la camiseta Carbon Eaters, que responde a factores medioambientales en tiempo real cambiando su apariencia para informar sobre la calidad del aire. Puma y el MIT iniciaron un convenio en 2017. Desde entonces exploran nuevas posibilidades de innovación a través de cuatro áreas: sensores integrados para nuevas experiencias de calzado, nuevos materiales, estructuras auxéticas (que crecen), einteligencia artificial para transformar la experiencia del usuario.
Para los amantes del aire libre también hay propuestas. La mochila Radius, con energía solar para cargar dispositivos, de la holandesa Pauline van Dongen. A partir de una correa compuesta por pequeñas cuentas esféricas que funcionan como células solares, la energía recolectada se alimenta a través de un cable de carga al que se puede acceder abriendo un bolsillo magnético.
La confección de la pieza, en el laboratorio de investigación Santoni, de Shanghai, se basó en la creación de un tejido tridimensional con máquinas que tejen dos capas a la vez. La diseñadora investiga la tecnología aplicada a la energía solar en distintas líneas de indumentaria que incorporan la carga de celulares o cámaras. También desarrolló una colección de remeras inteligentes que mejoran la postura corporal: Fysiopal incorpora una aplicación que visualiza datos sobre la columna vertebral. Cuando el usuario adopta una postura poco saludable se activa una pequeña vibración que permite recuperar la posición correcta.
Los relojes y anteojos inteligentes, primeras criaturas de la especie, ya tienen compañía. Cada vez más categorías de wearables se imponen a fuerza de información cruzada y predicción en tiempo real. Para llevar en la piel.
Fuente: clarín.com