Un nuevo descubrimiento abre el camino a la generación de energía a partir del calor corporal
Imagina que puedes cargar tu reloj inteligente solo con el calor de tu cuerpo. Un nuevo avance promete aprovechar el calor humano e industrial para generar energía limpia y sostenible
El cuerpo humano, que irradia calor constantemente como resultado del metabolismo, produce un recurso energético inexplorado hasta ahora: el calor corporal.
¿Te imaginas cargar tu reloj inteligente o cualquier otro dispositivo portátil solo con el calor de tu cuerpo? Esto podría convertirse en una realidad, y los investigadores ya están avanzando en esta dirección.
Aunque una gran parte del calor corporal se disipa en el aire, nuevas investigaciones apuntan a formas innovadoras de capturarlo y convertirlo en energía utilizable, un cambio que podría revolucionar la forma en que alimentamos dispositivos electrónicos.
Calor residual: un recurso desaprovechado
En la vida diaria, el calor se produce constantemente, no solo por nuestros cuerpos, sino también en procesos industriales, motores y máquinas. Normalmente, este calor residual simplemente se pierde en el ambiente.
Sin embargo, el concepto de “recuperación de calor residual” busca aprovechar esta energía desperdiciada. Al capturar y convertir el calor en electricidad, las industrias y los dispositivos electrónicos personales pueden ser mucho más eficientes y sostenibles.
Uno de los métodos innovadores para convertir el calor en electricidad se basa en el uso de materiales ecológicos, como la madera.
Investigadores de la Universidad de Limerick y la Universidad de Valencia han descubierto que ciertos productos derivados de la madera, como la lignina (un subproducto de la industria papelera), pueden aprovechar el efecto termoeléctrico para convertir el calor residual en energía. Este efecto ocurre cuando una diferencia de temperatura provoca un flujo de electrones, generando electricidad.
Para lograr esta conversión, las membranas de lignina se sumergen en una solución salina y se exponen a temperaturas de hasta 200 °C. Los iones en la solución se mueven a través de la membrana, generando un potencial eléctrico. Esta tecnología es especialmente prometedora para entornos industriales, donde aproximadamente el 66% del calor residual se encuentra en este rango de temperatura.
El desarrollo de estas membranas termoeléctricas basadas en madera tiene un potencial significativo. En el sector industrial, donde el calor residual es abundante, convertirlo en electricidad ayudaría a reducir costos energéticos y disminuir el impacto ambiental.
Pero también hay aplicaciones a nivel personal: esta tecnología podría adaptarse a dispositivos portátiles, como relojes inteligentes y rastreadores de actividad, alargando su autonomía y eliminando la necesidad de baterías tradicionales.
Además, esta energía ecológica podría emplearse en zonas remotas, proporcionando una fuente de energía renovable y asequible. Incluso sería útil en sensores y dispositivos de monitoreo ambiental o en infraestructuras que requieran energía constante.
La captación de energía del calor residual es solo el primer paso; el siguiente desafío es almacenarla eficientemente. Los supercondensadores, dispositivos capaces de almacenar y liberar electricidad rápidamente, son esenciales para aprovechar este tipo de energía de forma efectiva.
Sin embargo, los supercondensadores actuales dependen en gran medida de materiales basados en carbono de origen fósil.
Como alternativa, los investigadores han desarrollado supercondensadores ecológicos utilizando carbono poroso derivado de la lignina. Esta estructura de carbono permite almacenar rápidamente los iones de la energía capturada, evitando el uso de materiales contaminantes. Así, el carbono basado en lignina se convierte en una opción sostenible y eficiente para almacenar energía.
Fuente: computerhoy.20minutos.es