Tecnología, regulación y conciencia; los invidentes buscan su coche autónomo
Durante varios días en agosto, el aparcamiento de la Escuela Perkins para ciegos se convirtió en una zona de pruebas en la que un vehículo que parecía un coche de golf transportaba alumnos y empleados guiado por un portátil. Era un prototipo fabricado por Optimus Ride, una start-up radicada en Cambridge, Massachusetts (EU), que desarrolla tecnologías de conducción autónoma para vehículos eléctricos.
Aunque el viaje era corto y se limitaba a una trayectoria programada, la prueba generó bastante expectación en Perkins, la escuela más antigua de su tipo en Estados Unidos y que cuenta con 200 estudiantes con deficiencias visuales y sordociegos además de cientos más a través de sus programas en escuelas locales. Allí, y en otros lugares, piensan que los coches autónomos podrían revolucionar la vida de las personas invidentes siempre y cuando los vehículos se diseñen para ser accesibles. Por ello, y a medida que la promesa del coche 100 por ciento autónomo se sigue acercando, las organizaciones y asociaciones que representan a las personas ciegas están adoptando un papel cada vez más activo en el desarrollo de los vehículos y su software.
«Los vehículos autónomos serán transformativos para las personas ciegas», afirma el presidente y CEO de la Escuela Perkins, Dave Power. «Por primera vez, serán capaces de ir a la escuela, al trabajo y a otro tipo de actividades de forma independiente y sin importar la distancia. Existe un gran entusiasmo sobre ello, tanto aquí como a nivel nacional, entre los ciegos».
Organizaciones como Perkins quieren que las empresas diseñen sus vehículos autónomos con los discapacitados en mente en lugar de producir coches especiales para discapacitados visuales, los cuales probablemente serían además extremadamente caros. Power, un antiguo ejecutivo tecnológico, sabe que la comunidad invidente no puede dar por sentado que los fabricantes de vehículos autónomos vayan a tener sus necesidades en cuenta. Así que ha empezado a invitar a empresas tecnológicas al campus de su escuela para que presenten sus modelos y recojan impresiones. «Queremos ayudar a estos proveedores a incorporar la accesibilidad a sus diseños, a que piensen en las personas ciegas desde el principio», explica Power.
Optimus Ride fue la primera compañía en responder a la invitación de Power. Durante sus visitas, la start-up realizó pruebas de conducción de su vehículo en las 38 hectáreas de terreno de la escuela. También organizó una sesión de «lluvia de ideas» para aprender cómo los coches autónomos podrían servir mejor a los ciegos y ver, entre otras cosas, si podrían utilizarse como lanzaderas en lugares como un campus universitario.
Los trabajadores de la Escuela Perkins aseguran haberle proporcionado un buen número de sugerencias a la start-up, como proporcionar suficiente espacio en el suelo del vehículo para los perros guía. También remarcaron la necesidad de una interfaz no visual que los pasajeros puedan utilizar para comunicarse con el coche. Por ejemplo, un vehículo controlado a través de una pantalla táctil podría adaptarse para usuarios invidentes si cuenta con tecnología controlada por voz y respuestas hápticas.
Este sistema podría imitar los lectores de pantalla basados en gestos que emplean las personas ciegas para utilizar sus teléfonos inteligentes. De hecho, el grupo de la Escuela Perkins recomendó que Optimus Ride creara una app para sus futuros usuarios. El coordinador de tecnologías educativas de la Escuela Perkins, Jim Denham, dice que prevé el uso de una app para hacer de todo, desde llamar a un coche hasta pedirle que realice una parada no programada y espere mientras el usuario descarga sus pertenencias. La app, a su vez, podría proporcionar actualizaciones periódicas sobre el trayecto del vehículo y avisar al usuario cuando llegue a su destino.
Más allá del diseño del vehículo y del software, la comunidad invidente busca influir en las nuevas regulaciones y normativas sobre los coches autónomos. La Federación Nacional de Ciegos de Estados Unidos (NFB, por sus siglas en inglés), la organización para invidentes más grande del país, ha apoyado la idea de coches para ciegos desde principios de la década de 2000. Una de sus acciones ha sido, desde entonces, la organización del Reto Conductor Ciego para animar a las universidades a crear interfaces no visuales para los vehículos. El portavoz de la NFB, Chris Danielsen, asegura que el grupo ha pedido desde entonces a Google incorporar prestaciones de accesibilidad a su coche autónomo. La NFB también cuenta con asistir a la próxima conferencia celebrada por Daimler tras ser invitada por el gigante automovilístico alemán. Asimismo, planea ofrecer sus mejoras y propuestas a la última normativa sobre vehículos autónomos publicadas por el Departamento de Transporte estadounidense.
El Consejo Estadounidense de Ciegos (ACB, por sus siglas en inglés), un grupo de defensa y apoyo, ha monitorizado las leyes de cada estado de EU para asegurarse de que no prohíban a los ciegos el uso de vehículos autónomos. Cuando Nevada incluyó un lenguaje restrictivo para las personas invidentes en su borrador de ley, la organización pidió a los legisladores que emplearan fórmulas menos específicas, según cuenta la presidenta de la ACB, Kim Charlson. «No creemos que ser ciego deba representar un motivo por el que no podamos aprovecharnos de los coches autónomos», añade. «Al contrario, creemos que es un motivo por el que deberíamos utilizarlos».
Charlson, al igual que otras personas que abogan por la comunidad invidente, prevé un futuro de vehículos totalmente autónomos en el que una persona ciega no necesitaría ocuparse en absoluto de la conducción y las autoridades serían avisadas si el coche se metiera en problemas. Las personas ciegas consideran que desplazarse en coches semiautónomos como pasajeros al lado de conductores no ciegos tampoco aumentaría sus opciones actuales para desplazarse. Después de todo, ya pueden llevarles amigos o familiares, coger taxis, Ubers y automóviles adaptados que ofrecen servicios de transporte puerta a puerta para personas con discapacidad. «Si aún necesitamos otra persona en el vehículo, no estaremos mejor que ahora por muy sofisticada que sea la tecnología», apunta Danielsen desde la NFB.
«Los vehículos autónomos serán el futuro», añade Charlson. «Mi objetivo es asegurarme de que las personas ciegas sean parte de él con igualdad».
Fuente: tecnhologyreview.es