En Kickstarter se inició la búsqueda de financiamiento para la producción en serie de la pulsera Embr Wave, un termostato personal, que ayuda a superar la sensación de calor o frío. Al momento, los creadores del dispositivo ya han logrado recibir la suma solicitada (100.000 dólares americanos), pero la campaña durará hasta el 27 de octubre.

El concepto de la pulsera nació en 2013 por los ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EE. UU.).

Embr Wave se podrá usar para librarse de las molestias que se sienten en habitaciones demasiado calientes o frías. Cuando el usuario pone el dispositivo en su muñeca, su temperatura cambia en décimas de grado por segundo. De esta forma la pulsera engaña a la percepción, haciendo que la persona sienta más frio o calor, a pesar de que la temperatura general del cuerpo se mantiene sin cambio.

Según los científicos, la muñeca es una de las partes más térmicamente sensible del cuerpo, y es por eso que Embr Wave funciona eficazmente. El componente principal de Embr Wave es un elemento termoeléctrico revestido de aluminio que se calienta o enfría según lo desee el usuario. El usuario solo debe presionar un botón especial que cambia el color de azul a rojo de acuerdo al régimen de temperatura seleccionado.

Como describe el sitio web Techxplore, el funcionamiento del dispositivo se basa en el efecto Peltier. Cuando la corriente eléctrica se transmite a través del punto de contacto de dos conductores disímiles, el calor se libera o absorbe dependiendo de la dirección de la corriente. La pulsera Embr Wave, en esencia, es un conjunto de elementos Peltier, que recibe energía de una batería pequeña.

La batería del dispositivo dura 2-3 días, es decir, es decir, aproximadamente 20-25 sesiones. La pulsera de metal, a la que se conecta el termostato, se regula con sujetadores magnéticos.

Los termostatos personales llegarán a los primeros clientes en junio de 2018. Como se informa en Kickstarter, en China, Embr Wave ya ha pasado varias etapas de producción.

Recientemente, los científicos han descubierto que un aumento anormal de la temperatura en la noche, durante el verano, tiene un efecto negativo en el sueño de las personas. En 2050, debido al calentamiento global, el sueño de los habitantes del planeta podría convertirse en un problema más grave.

Fuente: N+1