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Los educadores en tecnología defienden el uso responsable de las pantallas en clase

El reciente decreto de la Comunidad de Madrid para que en el curso 2025/2026 se elimine el uso individual de dispositivos digitales en Educación Infantil y Primaria ha reabierto el debate sobre cómo educar en tecnología, en el que entidades como la Fundación Cibervoluntarios muestran su desacuerdo, porque consideran que prohibir no es la solución.

Desde hace más de 20 años, este institución se ha convertido en uno de los grandes referentes en alfabetización y empoderamiento digital en España, tras lograr que la tecnología no sea un factor de exclusión, sino una herramienta de igualdad y oportunidades y, sobre su uso en la educación de los menores, defienden que hay que preparar a los jóvenes para un entorno donde “no existe un espacio físico separado del digital”.

Según explica la presidenta de la Fundación, Yolanda Rueda, se trata de “formar y acompañar a los más jóvenes para realizar un uso equilibrado, positivo y responsable de la tecnología” y de proporcionarles “herramientas para garantizar su bienestar y potenciar su talento digital”.

En este sentido, la Fundación promueve el Campamento Digital, un programa gratuito con actividades presenciales para menores de entre 9 y 17 años en toda España, con el objetivo de formar en áreas clave como seguridad, privacidad, creación de contenido y uso responsable de la tecnología.

“Nuestra labor principal es ayudar a usar y comprender la tecnología, con especial atención a quienes están en situación de vulnerabilidad digital”, explica a EFE Rueda, quien asegura que “si una persona no tiene competencias digitales hoy, no tiene las mismas oportunidades”.

La Fundación coordina una red de más de 4.500 personas voluntarias y trabaja en colaboración con más de 5.000 entidades en todo el país, desarrollando semanalmente más de medio millar de actividades de formación, muchas de ellas en municipios pequeños o en colectivos en riesgo de exclusión.

Pese a los avances tecnológicos de las últimas décadas, la brecha digital sigue muy presente en España, ya que, según el informe Sociedad Digital del ONTSI 2024, más del 30 % de la población española, es decir, unos 15 millones de personas, carecen de competencias digitales básicas, una cifra que se incrementa hasta el 43 % en zonas rurales o municipios de menos de 10.000 habitantes.

“La pobreza digital persiste y afecta especialmente a desempleados, mayores de 45 años, personas mayores en general y aquellas en riesgo de exclusión social. Todo esto se agrava con la brecha de género”, detalla Rueda.

La presidenta de Cibervoluntarios señala que la brecha ya no es solo de acceso, sino también de uso, debido a que “no basta con tener conexión, por lo que hay que saber para qué usarla”.

“No saber gestionar una cita médica online o no poder poner tu negocio en internet son ejemplos de esta brecha de uso”, ha detallado Rueda.

Para hacer frente a esta realidad la Fundación apuesta por formaciones presenciales, adaptadas al nivel y la realidad de cada colectivo, con el objetivo de “generar confianza, ayudar a que las personas ganen autonomía y descubran nuevas oportunidades en el mundo digital”.

Con la llegada de la inteligencia artificial y nuevas tecnologías, el panorama digital se vuelve cada vez más complejo, por lo que, para la Fundación, uno de los grandes retos es garantizar la soberanía digital ciudadana.

“Estamos en plena vorágine, en un momento de cambio a nivel mundial: de modelo económico y social, de sistemas, de relaciones, de paradigma. Y la tecnología está propiciando este cambio de modo vertiginoso”, afirma Rueda.

A su juicio, “urge defender ferozmente la soberanía digital ciudadana que está en construcción” y que, según destaca, debe contar con la población “como parte activa en el diseño de este ecosistema digital que lo impregna todo”.

Fuente: infobae.com

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