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Lo que parecía ciencia ficción ya es real: robots humanoides fabricarán más robots en serie

La empresa Apptronik llega a un acuerdo con Jabil, usará su fábrica para hacer que sus robots fabriquen más robots en serie, impulsando así la IA y la robótica en la producción industrial

Los robots humanoides han dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en una realidad en las fábricas. La inteligencia artificial y la robótica han avanzado lo suficiente como para que ahora existan máquinas capaces de fabricar otras máquinas sin intervención humana.

Empresas como Apptronik han desarrollado autómatas con habilidades avanzadas que pueden desempeñar tareas complejas, incluyendo la producción de nuevos robots.

Esto marca un punto de inflexión en la industria y abre un debate sobre el futuro del trabajo y la automatización.

De brazos mecánicos a robots humanoides multifuncionales

Durante décadas, la robótica industrial se ha limitado a brazos mecánicos diseñados para realizar tareas específicas y repetitivas en fábricas. Sin embargo, con el avance de la inteligencia artificial y la ingeniería de materiales, han surgido robots humanoides capaces de realizar una variedad de funciones.

Estos nuevos modelos no solo imitan el movimiento humano, sino que también aprenden de su entorno y mejoran con el tiempo gracias a sistemas de aprendizaje automático.

El robot Apollo es un claro ejemplo de esta evolución. Con 1,5 metros de altura y 72 kg de peso, este autómata puede manipular objetos con precisión y trabajar en entornos industriales.

Su diseño modular le permite adaptarse a distintas tareas, desde ensamblaje de componentes hasta logística en almacenes. Ahora, su función ha ido un paso más allá, la de colaborar en la producción de más robots como él.

El fabricante de robots Apptronik ha llegado a un acuerdo con Jabil, una empresa estadounidense especializada en manufactura, para probar su tecnología en un entorno real, según Business Insider.

La alianza permitirá que los robots Apollo sean evaluados en distintas tareas dentro de una planta de producción, incluyendo la fabricación de nuevos robots.

El proceso es un experimento clave para el futuro de la automatización. Si estos robots humanoides pueden desempeñar con éxito labores de ensamblaje y producción, se abrirá la puerta a una nueva era en la industria, donde las fábricas podrían operar con una mínima intervención humana.

Esto no solo optimizaría la eficiencia y reduciría costos, sino que también plantea preguntas sobre la sostenibilidad del empleo en ciertos sectores.

¿El comienzo de una nueva revolución industrial?

La posibilidad de que los robots fabriquen otros robots podría redefinir la producción tal como la conocemos. En el pasado, cada avance en automatización ha generado resistencia inicial, pero también ha dado lugar a nuevas oportunidades laborales.

Sin embargo, la diferencia en esta ocasión es que los robots humanoides no solo reemplazan tareas repetitivas, sino que también pueden aprender y adaptarse, lo que podría reducir aún más la necesidad de trabajadores humanos.

Esta situación genera preocupaciones sobre la desaparición de empleos en la manufactura y la logística, aunque también podría fomentar la creación de nuevas profesiones relacionadas con la supervisión, mantenimiento y programación de estos sistemas. Al igual que ocurrió con la Revolución Industrial, la clave estará en la adaptación a este nuevo escenario tecnológico.

El desarrollo de robots humanoides no sería posible sin la inteligencia artificial. Gracias a modelos avanzados de aprendizaje automático, estos robots pueden interpretar su entorno, reconocer objetos y realizar tareas con precisión. Las mejoras en IA han permitido que máquinas como Apollo realicen tareas que antes solo podían ejecutar los humanos.

A medida que la IA sigue evolucionando, es posible que estos robots no solo se limiten a fabricar otros autómatas, sino que también puedan reparar y mejorar sus propios sistemas sin necesidad de intervención humana. Esto plantea escenarios fascinantes, pero también desafíos en términos de regulación, ética y seguridad.

Fuente: computerhoy.20minutos.es

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