Aunque es cierto que el agua dulce es una parte fundamental tanto de la vida, como de la industria y la agricultura, tampoco podemos negar que, con el paso del tiempo, se ha ido convirtiendo en un recurso estratégico de gestión crítica. La preocupación o estrés hídrico, conocida así por la relación entre la demanda del agua y la existencia limitada de esta, es algo que afecta a más de 2 mil millones de personas alrededor del mundo. Y debido a factores como el cambio climático se alteran patrones de precipitación, y a medida que crece la población mundial y el urbanismo, el consumo se incrementa.
En México, por ejemplo, se ha estado sobreexplotando el acuífero, ocasionando problemas graves, como el hundimiento del suelo en varias ciudades grandes y también la exposición a agentes contaminantes geológicos. De hecho, existe una preocupación genuina por la presencia de metales pesados en las aguas, por lo que es fundamental tomar medidas proactivas para eliminar el arsénico y demás elementos con tal de garantizar la seguridad del agua potable.
Es fundamental encontrar formas de reutilizar el agua de forma inteligente para evitar mayores problemas en el futuro
Evidentemente, es de vital importancia hallar soluciones que sean sostenibles a largo plazo. y no solo simplemente hallar nuevas fuentes de agua. De hecho, una estrategia interesante es usar el agua existente de manera mucho más inteligente, por lo que es necesario conocer el concepto de “Economía circular del agua”, el cual se basa en tratar las aguas residuales para su posterior reutilización de manera segura.
Originalmente, las aguas negras se han devuelto al medio ambiente tras recibir un tratamiento. Pero la tecnología ha avanzado tanto que permite llevar estas aguas a una calidad muy cercana a la potable, por lo que se puede emplear para el riego agrícola, lo que disminuye la presión ejercida a los acuíferos; la refrigeración industrial, reduciendo el consumo de agua en estos procesos y, lógicamente, la recarga de acuíferos, constituyendo una estrategia fundamental para combatir la subsistencia y preservar el agua de forma natural.
Con el pasar del tiempo, la tecnología ha evolucionado en este campo, mejorando el panorama con herramientas como biorreactores de membrana y el proceso de desinfección mediante luz ultravioleta, que se encargan de eliminar los patógenos de forma eficiente y sin dejar residuos químicos que puedan ser potencialmente peligrosos para el ser humano.
El proceso de desalación es otra solución interesante, aunque con desafíos inherentes
Es cierto que la desalación es una opción muy interesante, principalmente para las comunidades costeras que luchan contra la escasez. No obstante, este procedimiento ha tenido un punto negativo y es el alto consumo energético y la gestión de la salmuera.
Sin embargo, los más recientes avances en la ósmosis inversa de bajo consumo energético, así como la implementación de tecnologías de desalación por destilación de membrana se han encargado de disminuir el impacto a nivel económico y ambiental, sobre todo cuando se complementan con fuentes de energía renovable. En este sentido, se consigue que la desalación sea accesible para todo tipo de proyectos, incluyendo los de pequeña escala y en esas zonas que requieren agua pura.
La crisis hídrica es real y es fundamental prestar la atención necesaria para intentar prevenir problemas mayores en el futuro. Por ello, se requiere no solo ofrecer una respuesta efectiva a través de nuevas tecnologías para eliminar los agentes contaminantes, sino invertir en infraestructura de reúso de aguas residuales y hacer que la desalación sea aún más eficiente.


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