Lanzan al mercado un avanzado brazo ortopédico desarrollado por el Pentágono
Fred Downs, un veterano de la guerra de Vietnam, recuerda cómo se le llenaron los ojos de lágrimas cuando recuperó después de 40 años la capacidad para agarrar cosas con su brazo izquierdo.
Artie McAuley, un capitán que perdió su brazo en un grave accidente, sonríe mientras comenta la satisfacción que le produce poder volver a alzar los dos brazos para celebrar una anotación mientras mira fútbol americano.
Los dos son parte de una demostración el viernes de brazos ortopédicos futuristas en un hospital de veteranos en Nueva York.
La tercera generación de este artefacto es llamada «brazo Luke», un guiño al brazo robótico que consiguió Luke Skywalker tras perder el suyo en un combate contra Darth Vader en Star Wars.
Tras años de pruebas, la primera demostración de los dispositivos que pueden tomar objetos tan frágiles como un huevo o tan pequeño como una grapa, se realizó en Washington en mayo de 2016.
Jay Burkholder, quien encabeza la firma estadounidense que fabrica las extremidades Mobius Bionics, dijo que docenas de estas unidades podrían estar disponibles para la venta este año dependiendo de los pedidos.
Cada unidad sería fabricada por pedido, dijo Burkholder, aunque no dio a conocer el precio.
Pero Dean Kamen, fundador de la compañía Deka que desarrolló las extremidades en colaboración con DARPA, un ala de investigación y tecnología del Pentágono, dijo que el precio podría rondar los 100.000 dólares.
Los veteranos de guerra que sufrieron amputaciones serían los primeros beneficiados de estos dispositivos. Más de 1.6000 soldados estadounidenses han perdido extremidades en las guerras de Irak y Afganistán.
Además, los hospitales de veteranos trataron a cerca de 20.000 pacientes amputados del brazo en 2016, de acuerdo con David Shulkin, secretario de Asuntos Relacionados con los Veteranos.
Las personas que obtengan este dispositivo requerirán de varias semanas de práctica.
El movimiento está vinculado a la motricidad de los pies, que es capturada a través de sensores que se colocan en los zapatos.
Fuente: Afp