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La revolución líquida: el gran salto de las impresoras 3D

La impresión 3D ha alcanzado una nueva dimensión. Inspirándose en el malvado T-1000 de Terminator 2, la compañía Carbon 3D ha creado una revolucionaria tecnología de impresión líquida en tres dimensiones basada en el personaje de la taquillera película de James Cameron.

En lugar de la tradicional impresión 3D, consistente en añadir láminas que se van superponiendo, esta nueva técnica es capaz de imprimir de manera continua e ininterrumpida. Se trata de una innovadora tecnología denominada CLIP (Continuous Liquid Interface Production) que trabaja sobre un medio líquido para crear formas y objetos que resultan en elementos impresos con un acabado más fino, compacto y menos poroso.

¿Cómo funciona la tecnología CLIP? La impresora 3D posee una bandeja llena de resina líquida. En la parte inferior, una membrana permite el paso de oxígeno y luz ultravioleta. El oxígeno bloquea el proceso normal de solidificación de la resina, generando zonas que nunca se endurecen. Cuando la luz ultravioleta incide sobre la resina, va reproduciendo capa a capa la pieza diseñada en el ordenador solidificando únicamente las zonas sin oxígeno, al mismo tiempo que un brazo especial eleva la pieza retirándola lentamente de la resina.

Impresión 3D a mayor velocidad

La tecnología CLIP no supone únicamente un avance respecto a los sistemas de impresión tradicional, sino que también significa un importante ahorro de tiempo. Las nuevas impresoras son capaces de trabajar a un ritmo entre 25 y 100 veces superior a la primera generación de impresoras 3D, lo que significa que imprimen a una velocidad similar a la de las impresoras tradicionales de papel y tinta.

De esta manera, se han conseguido crear grandes objetos con velocidades de impresión de más de 1 metro por hora, o complejas y sofisticadas estructuras como una torre Eiffel en miniatura. Disminuyendo la velocidad de impresión, además, se han podido generar piezas de menos de un micrómetro (µm) de longitud: más fino que un cabello humano.

Un paso más allá: metal líquido

A principios de este año 2016, la Universidad Northwestern de Illinois presentaba un nuevo modelo de impresora líquida 3D que están desarrollando: una impresora 3D en que incorpora metal a su impresión.

Utilizando un líquido creado a partir de polvos metálicos, el equipo de la universidad imprime a una mayor velocidad y por un precio mucho más bajo que con láser o haces de electrones. Por otro lado, existe una amplia gama de metales que son válidos para esta impresión metálica en 3D, tanto compuestos como aleaciones.

Estas innovadoras tecnologías dan el pistoletazo de salida a una apasionante era en la impresión en tres dimensiones: la era de la revolución líquida.

Fuente: imnovation-hub.com