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La poco conocida historia de la madre del magnate Bill Gates y su influencia en el despegue de Microsoft

Cuando a Bill Gates, el segundo hombre más rico del planeta, le preguntaron cuál fue el peor día de su vida, respondió: «El día que mi madre murió».

Bill y su madre Mary Maxwell tuvieron una relación muy estrecha, aunque también conflictiva, en los primeros años de vida del cofundador de Microsoft.

Según el reciente documental Inside Bill’s Brain: Decoding Bill Gates, en español «Bill Gates, bajo la lupa», de Netflix, el multimillonario no fue un chico fácil en su infancia y tenía constantes enfrentamientos con su madre por conductas cotidianas en la casa.

El mismo Gates reconoció que debieron ir a terapia familiar para lidiar con los problemas.

Sin embargo, también fue su madre quien lo inspiró y fue su mano derecha en los primeros años de Microsoft.

¿Quién era Mary además de ser la madre de Bill?

Mujer de negocios

Mary Ann Maxwell nació en 1929 en la ciudad estadounidense de Seattle y se graduó en la Universidad de Washington con un título en Educación en 1950.

En sus años de estudiante era conocida como «Giggles», «porque ella siempre está sonriendo y dispuesta a dar una mano», describe su libro de graduación, que destaca sus excelentes calificaciones a pesar de sus múltiples obligaciones como ser la secretaria de la Asociación de Estudiantes de la Universidad de Washington.

Al año siguiente de graduarse, Mary se casó con el abogado William Gates y con él tuvo tres hijos: Kristi, Bill y Libby.

Si bien estuvo varios años en la casa dedicada a criar a los hijos, Mary volvió con el tiempo al mundo empresarial y educativo.

Para mediados de 1970, Mary Maxwell ya era una persona influyente en la sociedad de Seattle siendo la primera mujer en ocupar puestos que hasta entonces estaban reservados solo a los hombres.

Mary Maxwell Gates fue miembro de la Junta de Regentes de la Universidad de Washington desde 1975 a 1993, se convirtió en la primera mujer directora del First Interstate Bank de Estados Unidos y la primera presidenta mujer de la organización de caridad United Way of America.

Además, fue miembro de las juntas directivas de la compañía de seguros Unigard Security Insurance Group, la empresa de telefonía Pacific Northwest Bell Telephone Company y más tarde de la US WEST Communications; y KIRO Incorporated de televisión y radio.

Estuvo en el «lugar correcto en el momento indicado», describió el diario The New York Times en el obituario de Mary Maxwell en 1994 tras su muerte por cáncer de mama.

La mano derecha

Durante su funeral, el entonces presidente de la Universidad de Washington, William P. Gerberding, la describió como una mujer alegre con «poderosa influencia».

«Ella era una catalizadora, una persona que buscaba y a menudo encontraba un terreno común cuando no era evidente para los demás», dijo sobre Mary.

«Todos confiaban en ella y respetaban su juicio. Su liderazgo fue sutil, pero estable», señaló Gerberding, según recoge la Universidad de Washington en su página web.

Y todas esas cualidades también las llevó al terreno empresarial de su hijo para convertirse en una hábil negociadora detrás de escena en lo que luego sería una de las empresas más importantes del mundo.

«En los primeros años de Microsoft, ella se convirtió en mano derecha [de Bill] y le hizo ver lo importante que era contribuir con la sociedad», cuenta Kisti, hermana mayor de Bill Gates, en el documental de Netflix.

«Mi madre fue una de las personas más generosas que conocí. Ella solía preguntarme en la mesa qué parte de mis ahorros tenía planeado darle al Ejército de Salvación en Navidad. Melinda tuvo una educación similar, e incluso antes de casarnos hablamos sobre cómo íbamos a retribuir a la sociedad», escribió Bill Gates en su cuenta de Instagram en noviembre de 2018.

Y es que Mary no solo se ocupó de solucionarle los quehaceres personales a Bill, como una especie de secretaria personal que le compraba la ropa y se aseguraba que tuviera la nevera llena, sino que también jugó un papel importante en el éxito de su hijo con Microsoft.

En 1980, mientras estaba en la junta de dirección de United Way, Mary conoció a John Open, en ese entonces director ejecutivo de International Business Machines Corporation (IBM), y le contó lo que estaba haciendo Microsoft.

Esa charla dio sus frutos. IBM contrató a Microsoft, que por entonces era una empresa de software pequeña, para desarrollar un sistema operativo para su primera computadora personal.

Ese acuerdo catapultó a Microsoft y la convirtió en una de las empresas más importantes y exitosas del mundo.

Tan poderosa era que hasta enfrentó un extenso juicio por monopolio que terminó en un acuerdo entre Microsoft y el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

El amigo Warren

Mientras el éxito del joven Bill crecía, la influencia de su madre también se fortalecía.

En 1991, Mary llamó a su hijo para que fuera a la casa de vacaciones que tenían los Gates en Hood Canal, Seattle, para conocer a un grupo de amigos, entre ellos Warren Buffett, que por entonces ya era un reconocido inversionista bursátil con varios millones en su bolsillo.

Pero Bill no quería ir.

«Le dije que estaba demasiado ocupado en el trabajo. Warren sería interesante, insistió mi madre. Pero no estaba convencido. ‘Mira, él solo compra y vende trozos de papel. Eso no es un valor agregado real. No creo que tengamos mucho en común'», le dije, según cuenta Bill Gates en su blog.

Finalmente, ella lo convenció para que fuera. Y allí conoció a Buffett quien le hizo preguntas sobre el negocio del software, precios y por qué una empresa chica como Microsoft podía esperar competir con IBM.

«Fueron preguntas sorprendentemente buenas que nadie me había hecho nunca. De repente nos perdimos en la conversación y pasaron horas y horas. Él no se presentó como un gran inversionista. Tenía esta modesta manera de hablar sobre lo que hace. Era divertido, pero lo que más me impresionó fue lo claramente que pensaba sobre el mundo», escribió Gates.

Eso fue el 5 de julio de 1991. Desde entonces son íntimos amigos y Buffett colabora activamente en la fundación filantrópica que Bill and Melinda Gates crearon.

«Es muy importante tener los amigos correctos. Si te convierten en una mejor persona, es el mejor regalo», aseguró Warren Buffett en el documental de Netflix.

Por influencia consciente o por organizar encuentros casi casuales, Mary Maxwell tuvo un papel clave en el éxito de su hijo Bill.

«Cada uno de nosotros debe empezar desarrollando su propia definición de éxito. Y cuando tenemos expectativas específicas de nosotros mismos, es más probable que las cumplamos», se le escucha decir a Mary en un discurso grabado, sin especificar la fecha, que fue rescatado para el documental.

«Lo que importa no es lo que obtienes, ni siquiera lo que das, sino en qué te conviertes», concluyó.

Fuente: BBC