Japón pondrá en 2022 un robot transformable en la Luna
La agencia espacial japonesa planea poner el año que viene un robot transformable en la Luna, con el propósito de preparar el despliegue de un futuro rover tripulado, que llegaría a nuestro satélite en 2029. Es parte de un ambicioso plan japonés de incursión espacial, que incluye misiones tripuladas permanentes en la Luna y luego en Marte.
Un pequeño robot transformable será colocado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) en la Luna durante 2022, preparando las condiciones necesarias para el desembarco de un rover tripulado en 2029. Las acciones marcan el progreso del plan japonés para dejar su huella en el espacio: piensa concretar misiones tripuladas permanentes tanto en nuestro satélite como en Marte.
Japón parece decidido a no quedar atrás en la incipiente «carrera espacial» del siglo XXI, protagonizada por Estados Unidos y China pero que también presenta esfuerzos y proyectos en desarrollo de Rusia, Europa, Canadá y Emiratos Árabes Unidos, entre otros países o grupos de naciones: para ello ha desarrollado un módulo de aterrizaje lunar y está trabajando en un rover.
Previamente, la agencia espacial japonesa ha encargado a una conocida marca de juguetes que desarrolle un pequeño robot transformable junto a otras empresas y universidades, para probar las condiciones del polvo en la Luna. Se trata de un diminuto dispositivo en forma de bola, que pesa solamente 250 gramos.
Según una nota de prensa, el artefacto lunar mide solamente 80 milímetros de diámetro previamente a su transformación. Será utilizado principalmente para estudiar las condiciones del regolito o «arena lunar»: se trata de una capa de materiales no consolidados que reposan sobre roca sólida y caracteriza a la superficie de la Luna.
Datos vitales
El análisis de estos aspectos es crucial para poner a punto la tecnología de conducción autónoma que empleará el rover presurizado con tripulación, que Japón llevará a la Luna en 2029. El robot transformable destinado a recabar estos datos será transportado por un módulo de aterrizaje lunar, que además contará con una cámara para tomar imágenes de la superficie de la Luna.
Los datos que se obtengan permitirán analizar el rendimiento del algoritmo de localización que utilizará el futuro rover tripulado, como así también el impacto de la «arena lunar» en su desenvolvimiento en la superficie del satélite terrestre. Sin embargo, esto sería solamente el comienzo de un plan mucho más ambicioso.
Japón piensa en los rovers tripulados presurizados como un elemento trascendental de apoyo a la exploración lunar humana, que según la agencia espacial del país oriental vivirá su apogeo en la década de 2030.
En los mismos buscará tener en cuenta condiciones como la gravedad lunar (que es una sexta parte de la existente en la Tierra), la accidentada y compleja geografía del satélite o aspectos como la radiación y la temperatura en la Luna. El objetivo es crear el escenario para que las misiones tripuladas permanentes sean más eficientes desde todo punto de vista.
Japón conquista el espacio
Pero la Luna no será el único destino de la «conquista» espacial japonesa: también planea concretar posteriormente misiones tripuladas permanentes hacia Marte, el planeta rojo hoy «dominado» por Estados Unidos y China. Su ambición no es nueva, ya que en 1998 había lanzado una primera sonda de observación a Marte, un artefacto de 535 kilos llamado Nozomi (Esperanza).
Para concretar estas misiones será crucial el desarrollo de rovers verdaderamente eficientes. Para ello, JAXA ha unido esfuerzos con la empresa Toyota para crear una nueva tecnología de movilidad lunar, que posteriormente se adaptaría a las características de Marte.
Bajo un nuevo concepto de «movilidad espacial», los vehículos se alimentarían mediante pilas de combustible, empleando métodos limpios de generación de energía. Además, tendrían una alta densidad energética para poder hacer frente a las duras condiciones ambientales y a la superficie de la Luna y Marte.
Fuente: tendencias21.levante-emv.com