El robot de Tesla cobra vida: esto es lo que ya puede hacer si se le da total libertad
Optimus, el robot humanoide de Elon Musk, ya camina, baila y aprende por sí solo gracias a la IA; lo que le permite adaptarse y aprender sin intervención humana directa
La robótica humanoide está viviendo una nueva etapa, y Tesla no piensa quedarse atrás. Con Optimus, su robot bípedo, la compañía liderada por Elon Musk irrumpe en el panorama con una propuesta que deja atrás los torpes movimientos de los prototipos del pasado.
En sus últimas demostraciones, el robot muestra una sorprendente fluidez en sus movimientos, ejecutados sin cables ni efectos visuales. ¿Estamos ante el inicio real de la autonomía robótica?
A través de vídeos publicados en la red social X, Tesla deja claro que su robot humanoide no es solo una promesa futurista. En uno de ellos, Optimus realiza una coreografía perfectamente coordinada, entrenada íntegramente en entornos simulados.
Más que espectáculo: una muestra de avances reales en robótica
Milan Kovac, responsable de ingeniería del proyecto, explicó en X que el robot fue entrenado mediante aprendizaje por refuerzo, y el cable visible en su espalda no lo sostenía, solo se colocó como medida de seguridad por si caía.
A diferencia de los vídeos promocionales de otras compañías, Tesla insiste en que no hay efectos especiales ni edición acelerada. Todo lo que se ve ocurre en tiempo real y con hardware real. Esto no solo sirve para mostrar un robot bailando, sino que tiene implicaciones técnicas importantes.
Las rutinas de movimiento sirven como pruebas de coordinación, equilibrio y control energético del cuerpo completo, aspectos clave si Optimus quiere desenvolverse en entornos del mundo real.
La segunda grabación publicada por la compañía de Elon Musk resulta aún más prometedora. En ella, el robot se mueve sin cable de seguridad, demostrando avances en estabilidad y agilidad.
La compañía destaca que estas mejoras han sido posibles gracias a un perfeccionamiento de su sistema de simulación y al uso de técnicas como domain randomization, que preparan al robot para enfrentarse a condiciones variables.
Tesla no está sola en este camino. Empresas como Unitree Robotics llevan tiempo mostrando robots humanoides capaces de bailar, boxear o realizar tareas complejas. Sin embargo, Optimus se desmarca al estar diseñado como un robot de propósito general.
La idea de Musk es que este autómata pueda encargarse de trabajos repetitivos, monótonos o arriesgados para los humanos. Es decir, un asistente versátil en fábricas, almacenes e incluso hogares.
El enfoque es combinar dos elementos clave, el software entrenado con inteligencia artificial y una plataforma mecánica adaptada a partir de la experiencia de sus coches autónomos. Aunque por ahora las demostraciones no incluyen interacción con objetos o personas, el ritmo de progreso sugiere que esas funcionalidades llegarán más pronto que tarde.
Las coreografías de Optimus son solo la punta del iceberg. Más allá del espectáculo, representan una base sobre la que se construirá un robot humanoide funcional, adaptable y autónomo. Si Tesla logra cumplir sus objetivos, veremos a estos robots ayudando en tareas cotidianas, tanto en el sector industrial como en el doméstico.
Por ahora, su desarrollo sigue siendo una promesa en evolución. Pero con Tesla marcando el ritmo, la robótica humanoide ya no parece ciencia ficción, sino un proyecto que empieza a andar por sí solo.
Fuente: computerhoy.20minutos.es