El Bitcoin supera los 8.000 dólares y reabre las preguntas sobre a dónde se dirige
Los inversores en criptomonedas saben que su sector acaba de entrar en nuevo ciclo. Las subidas del BTC en el último mes han confirmado que, tras casi un año en el que la criptomoneda de Satoshi Nakamoto parecía languidecer en torno a los 3.000 dólares, el resurgimiento de la demanda ha llegado nuevamente al bitcoin trading.
La subida es, sin duda, de las que marcan una época en la cronología histórica de la principal divisa electrónica. Desde diciembre de 2018, el BTC se había mantenido estancado en esa horquilla entre los 3.000 y los 4.000 dólares, mostrando una baja volatilidad y un estancamiento nada habitual. Para muchos, eran los síntomas definitivos de que el sector de las criptomonedas se acercaba a su muy anunciado final, demostrándose que no tenían valor en absoluto.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Desde mediados del pasado mes de marzo, el BTC ha vuelto a despegar, llevando de la mano a la mayoría de las altcoins. El 17 de marzo era el primer día en muchos meses que superaba los 4.000 dólares por unidad, la primera semana de abril superaba ya los 5.000, a principios de mayo los 6.000 y, ya el pasado día 13, escalaba hasta los 8.000 dólares por unidad. La subida acumulada era de 2.000 dólares en tan solo una semana, un registro que no se veía en la principal criptomoneda desde sus semanas mágicas de diciembre de 2017.
A qué se debe exactamente esta subida es algo que nadie tiene muy claro. ¿Se trata de repuntes puntuales y aleatorios provocados simplemente por un aumento en la demanda o están basados en algún factor externo? Responder con certeza a esta pregunta es la clave para conseguir beneficiarse de los cambios de precio en el trading de criptomonedas, pero, obviamente, no es tan fácil.
Mayor aceptación institucional
Uno de los argumentos que más se esgrimen en favor de que estas subidas del BTC y las otras criptomonedas cuentan con una justificación fundamental es la de una mayor aceptación de la divisa electrónica por parte de instituciones oficiales, sobre todo de la tecnología de blockchain creada por Satoshi Nakamoto y que sostiene a muchas de ellas. Por ejemplo, las últimas en sumarse a este barco del blockchain de Bitcoin han sido el Banco de Canadá y la Autoridad Monetaria de Singapur, que ya han realizado transferencias utilizando dicha tecnología.
Este anuncio se suma, por ejemplo, al que tuvo lugar hace unos meses por parte del Nasdaq, la principal compañía de índices bursátiles de EEUU, que hizo oficial la creación de un índice basado solo en valores relacionados con el BTC. Por supuesto, cada una de estas adiciones al grupo de apoyos de las criptomonedas y el blockchain supone para los inversores un motivo más para apostar a favor del sector. De ahí, quizás, sus subidas recientes.
Además, todo esto se produce en un contexto en el que algunos de los problemas originales del sector siguen teniendo lugar. Sin ir más lejos, este mismo mes la plaza de intercambio de criptomonedas Binance sufrió un hackeo con el que perdió 7.000 BTC, un 2% de sus fondos totales en esta criptomoneda. Un ataque que lastra, un poco más, la reputación del sector frente a los menos confiados.
¿Qué queda por delante este 2019?
Las experiencias de los últimos años muestran que el precio del BTC puede, ahora, dispararse en cualquier dirección. Por una parte, no sería descabellado pensar en que estas subidas tremendas se mantengan y se disparen hasta límites cercanos o superiores a los de diciembre de 2017, cuando la criptomoneda marcó su récord histórico de 20.000 dólares por unidad.
Por otra, no habría que descartar que a una época de subidas le siga otra de correcciones profundas en las que el valor del Bitcoin, si no a niveles del pasado mes de marzo, sí caiga respecto a su techo actual.
Como siempre, el mundo del BTC se mantiene como un lugar impredecible y excitante, en el que tener los conocimientos necesarios para adelantarse al siguiente movimiento en los precios parece casi que imposible. Eso sí, el trader que lo consiga puede que tenga asegurado su futuro económico durante unos cuantos años.