¿Cruzar la seguridad del aeropuerto en 30 segundos? Ese es el objetivo de esta nueva tecnología
Micro-X está desarrollando un proceso de detección automatizado que podría ahorrar tiempo y minimizar el estrés, pero probablemente resulte sumamente costoso
En un parque industrial cerca del aeropuerto de Seattle, en los Estados Unidos (EU), una empresa australiana llamada Micro-X está desarrollando un sistema que podría hacer realidad los sueños de los viajeros aéreos: controles de seguridad rápidos que prometen una interacción mínima con los agentes de la TSA.
Micro-X está utilizando nueva tecnología para rediseñar los puntos de control de los aeropuertos para que se parezcan a los carriles de autopago de los supermercados. Si funciona según lo planeado, el proceso de Micro-X no sólo sería más rápido, sino que sería menos estresante para los pasajeros y los empleados de la Administración de Seguridad del Transporte. Sin embargo, en un entorno en el que la TSA a menudo parece ser criticada por algunas deficiencias (un desempeño deficiente en las pruebas de detección de armas, lo que hace que la experiencia sea confusa y desagradable para los viajeros y, especialmente, su costosa inflación), es posible que el nuevo equipo no satisfaga a los críticos. Sería caro.
El objetivo de Micro-X para el costo del sistema de autocontrol es aproximadamente el doble que el del tipo más nuevo de carriles de seguridad convencionales, según Brian Gonzales, director científico de Micro-X y jefe de su operación en Estados Unidos. Este año, la TSA ya se ha comprometido a pagar hasta 1,300 millones de dólares por unos 1,200 escáneres CT para examinar el equipaje de mano. En cuanto al sistema Micro-X, la esperanza es que el costo termine siendo “competitivo” por pasajero, según John Fortune, quien supervisa el proyecto como gerente de un programa de desarrollo tecnológico del Departamento de Seguridad Nacional llamado Screening at Speed (o vistazo rápido en referencia a las clásicas revisiones).
El diseño de la empresa “rompe moldes”, dice Fortune a Forbes. “Realmente cambiaría la forma en que se construye un puesto de control”.
Así es como funcionaría: después de verificar sus identificaciones, los viajeros ingresan a un área con filas de cabinas, cada una de las cuales es lo suficientemente grande para dos adultos. Un avatar en una pantalla les dice que coloquen sus pertenencias en el gabinete de un escáner CT que tiene un cuarto del tamaño de cualquier otro dispositivo en el mercado. El escáner utiliza rayos X para crear una imagen tridimensional que se analiza automáticamente en busca de artículos prohibidos mediante un software impulsado por algoritmos de aprendizaje automático. Mientras tanto, un sistema de cámara y un escáner corporal electromagnético examinan al viajero y el avatar le avisa si se ha olvidado de sacar algo de sus bolsillos o si parece estar ocultando algo.
Los agentes de la TSA intervendrían sólo si el sistema detecta un artículo sospechoso o si un viajero necesita ayuda.
Micro-X está diseñando las cápsulas de detección de modo que si el escáner CT detecta un artículo sospechoso en el bolso de mano de un viajero, un oficial de la TSA pueda abrir una puerta en el escáner en el exterior de la cabina para examinar el contenido. MICRO-X
Fuente: Forbes.com.mx