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Crean un robot nadador con oro y células de ratón

Un grupo de investigadores del Instituto Wyss de Ingeniería Inspirada en la Biología de la Universidad de Harvard en Cambridge (EE.UU.) ha presentado en la revista Science un curioso y pequeño robot nadador que imita los movimientos de las rayas y que ha sido fabricado con los más inesperados componentes: oro, células cardíacas de rata sensibles a la luz y un polímero utilizado comúnmente en implantes mamarios. Curiosamente, estas células genéticamente alteradas permiten a la «criatura» detectar y nadar hacia la luz.

Los peces batoideos, entre los cuales se encuentran las rayas, se caracterizan por tener cuerpos planos y aletas largas similares a alas que se extienden desde su cabeza. Dichas aletas realizan movimientos ondulatorios que consumen poca energía y que se replican desde la parte delantera hasta la parte posterior de la aleta, lo cual permite a estos animales deslizarse por el agua elegantemente.

Inspirados por dicho mecanismo, el equipo del investigador Sung-Jin Park emprendió la construcción de un robot en miniatura hecho de tejidos blandos con cualidades y eficacia similares a las de la raya. El ingenio mide 16 milímetros de largo y pesa apenas 10 gramos.

De esta forma, crearon esqueletos de oro cargados neutralmente que imitan la forma de una raya, los cuales fueron recubiertos con una fina capa de polímero elástico. Sobre la parte superior de la raya robótica, alinearon cardiomiocitos (células musculares) de rata de forma estratégica. Cuando los cardiomiocitos se estimulan, contraen las aletas hacia abajo.

Sigue la luz

Estimular las aletas para que vuelvan hacia arriba requeriría una segunda capa de cardiomiocitos, pero en vez de eso, los investigadores diseñaron el esqueleto de oro de forma que almacena una parte de la energía que empuja la aleta hacia abajo cuando los cardiomiocitos reciben la primera estimulación; dicha energía se libera cuando las células se relajan, lo que permite que las aletas suban.

El diseño genético de los cardiomiocitos -en total utilizaron unos 200.000- permite responder a la luz, por lo que los investigadores pueden controlar los movimientos del robot utilizando pulsos de luz. Los pulsos asimétricos pueden utilizarse para que el robot se dirija hacia la izquierda o hacia la derecha, y diferentes frecuencias de luz pueden usarse para controlar la velocidad. Este método funciona lo suficientemente bien como para guiar al robot en una pista de obstáculos básica.

Fuente: abc.es