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China amenaza el dominio aéreo de EU con cazas y armas hipersónicas más ‘invisibles’

Un equipo de la Universidad Tecnológica de Dalian, en China, ha desarrollado un método de enfriamiento ultrarrápido para discos de turbina fabricados con sus nuevas superaleaciones. Esta técnica podría prolongar la vida útil de los motores, reducir costos de mantenimiento y, sobre todo, dotar a futuros cazas y misiles hipersónicos de una capacidad furtiva que amenace el dominio aéreo de Estados Unidos.

La gran novedad que traerán los aviones de combate de sexta generación es su capacidad para hacerse invisibles a los radares enemigos. Tanto China como EEUU llevan años trabajando en el diseño de estos sistemas avanzados para eliminar las superficies de control tradicionales (timones, alerones y aletas de cola) y eliminar los reflejos de radar y firmas térmicas, sobre todo de sus motores.

Según la revista china Science and Technology Daily el enfriamiento de los motores podría estar solucionado gracias a una nueva técnica que consiste en lanzar una niebla de chorros de agua a alta velocidad que enfría los discos de las turbinas a una tasa de 673 °C por minuto, unas 3,75 veces más rápido que los métodos convencionales.

“Este nivel de enfriamiento satisface las exigencias de la nueva generación de motores de aviación y anuncia la pronta aplicación industrial de los resultados”, asegura el director del proyecto, el investigador Shi Jinhe.

El problema de los motores chinos

La calidad de los discos de turbina ha sido durante décadas el talón de Aquiles de la aviación militar china. Hasta julio de 2023, solo un prototipo del caza J-20 volaba con sus motores WS-15 plenamente funcionales, casi una década después del debut del avión.

Este retraso, conocido coloquialmente en China como la enfermedad cardíaca de sus motores, limitó las capacidades furtivas y la autonomía de sus flotas.

Pekín ha puesto los nuevos motores en lo más alto de su hoja de ruta de modernización militar. Ahora, gracias a una nueva superaleación utilizada en los WS-15 y esta nueva técnica de enfriamiento recién presentada, China cree que podrá forjar motores con ciclos de vida más largos, menores tasas de fallo y una capacidad furtiva de vanguardia.

Una nueva tecnología de enfriamiento

El nuevo sistema de refrigeración inyecta una pequeña cantidad de agua en el chorro de aire, formando una neblina fina y uniforme de alta velocidad. El agua vaporizada, según cuentan los investigadores al medio chino, hace que el núcleo de la pieza del motor se enfríe completamente en poco tiempo.

En ensayos preliminares de laboratorio, el sistema mejora notablemente la durabilidad y el rendimiento potencial de los discos, unas piezas fundamentales de un motor a reacción que soportan las palas de la turbina y deben resistir altas temperaturas y fuerzas intensas durante el vuelo. También son esenciales para convertir la energía térmica de la combustión del combustible en la fuerza rotacional que impulsa una aeronave.

En motores TBCC (turbina combinada con ramjet/scramjet), clave para vuelos hipersónicos, los discos también deben soportar cambios de temperatura extremos. La nueva técnica, asegura el equipo, permitirá enfriar rápidamente estos motores y mantener la firma infrarroja baja.

La ciencia china de la invisibilidad

China tiene uno de los radares anti invisibilidad más avanzados del mundo, el Radar de Apertura e Impulso Sintético (SIAR, en sus siglas en inglés). El Ejército Popular de Liberación asegura tener desplegados un gran número de radares antiinvisibilidad a lo largo de su costa y en buques de guerra que pueden detectar cazas furtivos como los F-22 y F-35 de EEUU desde distancias considerables.

Por su parte, China lleva tiempo investigando materiales para burlar a los radares. Hace dos años, sus científicos aseguraban haber creado una nueva capa de invisibilidad al radar para cualquier vehículo militar terrestre. Otro logro que, según ellos, hasta ahora era imposible. Según sus experimentos, este recubrimiento está formado por circuitos capaces de absorber y reflejar ondas de radar alteradas para que el objeto aparezca “como un trozo de terreno con nada sobre él”. Los ingenieros aseguran que su invento puede ser utilizado en tanques, piezas de artillería y plataformas móviles de lanzamiento de misiles nucleares balísticos e hipersónicos.

También han creado una tecnología que, en lugar de hacer desaparecer sus misiles, hace que se vean tan grandes como aviones comerciales de pasajeros en las pantallas de los radares enemigos. Este descubrimiento, publicado el año pasado por sus científicos en un artículo, habla de un nuevo material de camuflaje que llamaron velo de oro y que es más eficiente y barato que otros que se usan en la actualidad.

Los científicos chinos aseguran que el nuevo material podría «cambiar la naturaleza de la guerra» tal y como la conocemos ahora. «La guerra electrónica se ha vuelto más compleja que nunca. Nuevos equipos y herramientas de contramedidas electrónicas están entrando en servicio a una velocidad sin precedentes», escribe el equipo en su artículo.

Fuente: msn.com

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