Pocas cosas hay más importantes para el ser humano que un descanso adecuado. En Estados Unidos lo saben y están creando un dispositivo que ayudará a que sus combatientes tengan un sueño más profundo y reparador.
Dormir de manera adecuada también fomenta que nuestro cerebro esté más activo y pueda resolver problemas más fácilmente. Un cerebro descansado es, en resumidas cuentas, un órgano que da más de sí.
El ejercito de Estados Unidos ha decidido que sus hombres tienen que tener mente y cuerpo en forma, por lo que no solo necesitan ejercitarse, sino también dormir de la mejor manera posible.
Para ello, han comenzado una serie de investigaciones para crear un dispositivo que mejore la calidad del sueño y lo hará en forma de diadema/casco.
Todo esto se debe a que en 2012 la ciencia hizo grandes avances en el campo del sistema glimfático. Este se dedica a «limpiar» nuestro cerebro durante el periodo de sueño profundo, usando líquido cefalorraquídeo.
De hecho, se ha asociado en diferentes estudios relacionados con el alzheimer que las interrupciones en el sueño pueden estar relacionadas con este tipo de enfermedades degenerativas. Por tanto, el sistema glimfático es importante para que nuestro cerebro esté en forma.
Un trabajo que necesita a los mejores expertos
Con estos estudios, el ejercito de Estados Unidos ha fomentado una investigación con la Universidad de Rice, para crear un tipo de dispositivo que pueda medir los fluidos intracraneales mientras se duerme.
El objetivo final de esta colaboración es la creación de un casco que pueda gestionar el funcionamiento del sistema glimfático para poder limpiar el cerebro de manera efectiva.
El director del Instituto de Biociencias y Bioingeniería de Rice, Paul Cherukuri, ha confirmado que el ejercito les ha hecho esta petición. Para ello van a comenzar a usar diferentes sensores que puedan medir el flujo de los fluidos cerebrales como electroencefalogramas, sonografías orbitales o pulsos de ultrasonido.
Según los científicos, esta investigación podría dar como resultado ese casco que pueda gestionar el flujo intracreneal. Ayudaría a militares, pero también a pacientes con trastornos del sueño, especialmente aquellos con enfermedades degenerativas como el alzheimer.
El ejercito ha hecho un presupuesto para el primer año de 2,8 millones de dólares. Se prevé que sea un proyecto que pueda alargarse en el tiempo y el equipo está ansioso por ver hasta dónde pueden llegar con esta investigación.
Si lo consiguiesen, podrían estar más cerca de eliminar ciertos tipos de estrés en combate. Además, la investigación podría dar como resultado un adelanto importante en el campo del sueño, que tiene muchos ámbitos desconocidos, aunque ocupemos un tercio de nuestra vida durmiendo.
Fuente: computerhoy.com