Vacunas de ARN mensajero para combatir el ébola
Tras el éxito de este tipo de vacunas contra la COVID-19, podrían utilizarse para luchar contra otro patógeno mortal
Las vacunas de ARN mensajero (ARNm) creadas para protegerse de la COVID-19 han sido decisivas para combatir la pandemia. Dos de esas nuevas vacunas (una fabricada por el gigante farmacéutico Pfizer y la empresa alemana de biotecnología BioNTech, y otra por la empresa farmacéutica estadounidense Moderna) superaron los ensayos clínicos en apenas unos meses y obtuvieron la aprobación de los principales organismos reguladores menos de un año después de que se empezaran a desarrollar. Ahora, mientras Uganda se enfrenta a un tipo de ébola para el que no se ha ensayado ninguna vacuna, la pregunta que todo el mundo se plantea es si se creará una vacuna de ARNm contra este virus mortal. Si la respuesta es afirmativa, ¿ayudará a acabar con el ébola?
Hay dos vacunas que ya han demostrado ser efectivas contra el ébola: rVSV-ZEBOV (Ervebo), fabricada por Merck de Rahway, en Nueva Jersey, y Ad26.ZEBOV/MVA-BN-Filo (Zabdeno/Mvabea), fabricada por Johnson & Johnson, con sede en New Brunswick, Nueva Jersey. Pero se cree que slo protegen contra una especie del virus: Zaire ebolavirus, que causó una gran epidemia en África Occidental entre 2013 y 2016. Estas vacunas no han demostrado ser muy efectivas contra Sudan ebolavirus, la especie responsable del actual brote en Uganda, que hasta ahora ha causado 132 infecciones y 51 muertes.
Según Heinz Feldmann, director del Laboratorio de Virología del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos en Hamilton (Montana), «sería muy beneficioso para toda África poder contar con más opciones». El trabajo de Feldmann contribuyó al desarrollo de las actuales vacunas contra el ébola.
Protección múltiple
Para Alex Bukreyev, virólogo de la rama médica de la Universidad de Texas en Galveston, lo ideal sería contar con una vacuna que confiriera protección contra múltiples filovirus (la familia a la que pertenece el virus del Ébola y otros patógenos, como el virus de Marburgo, que causan enfermedades hemorrágicas) en lugar de tener que inocularse varias. Esto facilitaría la distribución de la vacuna en las zonas pobres y rurales, ya que no sería necesario realizar costosas campañas de vacunación cada vez que surgiera un brote de una especie diferente.
Las dos vacunas disponibles en la actualidad contra Zaire ebolavirus utilizan una tecnología que depende de otro virus activo, lo que limita quién puede recibirlas. En la mayoría de los casos, Ervebo está aprobado para su uso solo en personas mayores de 18 años, y sus efectos secundarios pueden ser desagradables. La de Johnson & Johnson puede inocularse a personas de un año en adelante, pero debe administrarse en dos dosis, con ocho semanas de diferencia, lo que no es ideal en un brote que crezca a gran velocidad, señala Bukreyev.
Según Norbert Pardi, vacunólogo de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia especializado en la tecnología de ARNm, es muy posible que las vacunas de ARNm solucionaran algunos de estos problemas. A diferencia de las anteriores, las de ARNm no contienen un virus. En su lugar, utilizan ARN mensajero que codifica proteínas clave de la superficie del virus. Cuando el ARNm entra en las células de una persona, estas empiezan a fabricar la proteína, lo que desencadena una respuesta inmunitaria contra el virus.
Si surge una nueva especie, es fácil modificar las proteínas que codifica el ARNm. También se pueden incluir diferentes cadenas de ARNm para inducir la protección contra varios filovirus a la vez. Pardi señala que las vacunas de ARNm también tienen una ventaja adicional: han demostrado ser seguras y eficaces a la hora de proteger a más de cinco mil millones de personas contra el COVID-19.
Pero la COVID-19 y el ébola son enfermedades muy diferentes, señala Feldmann. Las vacunas contra la primera han sido más eficaces a la hora de evitar los síntomas más graves y los fallecimientos. Pero no han impedido la infección. Según Feldmann, esta limitación se debe, en parte, a que han surgido variantes nuevas en muy poco tiempo, lo que hace difícil que se adquiera inmunidad. Es crucial que cualquier vacuna contra el ébola ayude a prevenir la infección (además de detener los síntomas graves), ya que de ese modo evitaría la transmisión posterior y contendría rápidamente el patógeno letal.
Pardi señala que los virus del ébola no mutan tan rápido como los coronavirus, por lo que preocupa menos la aparición de variantes en poco tiempo (lo que complica la adquisición de inmunidad). Pero no está claro si una sola inyección de ARNm puede proporcionar una protección sólida contra la infección del virus del Ébola, señala Feldmann. Y, al igual que las actuales vacunas contra Zaire ebolavirus, las de ARNm deben almacenarse en condiciones de frío, lo que puede complicar su distribución.
Un acuerdo cercano
Es posible que las respuestas lleguen pronto, pero no lo suficiente como para que ayuden a combatir el actual brote de ébola surgido en Uganda. Según la agencia de noticias Bloomberg, Moderna, cuya sede se encuentra en Cambridge (Massachusetts), está a punto de cerrar un acuerdo para desarrollar una vacuna de ARNm contra el ébola y otros filovirus. No está claro cuál será la especie objetivo o si la vacuna servirá para varias.
Algunas investigaciones recientes dan a entender que, en el caso del ébola, la tecnología ARNm podría funcionar. En 2017, Bukreyev y su equipo descubrieron que dos vacunas diferentes de ARNm desencadenaban una respuesta inmunitaria en cobayas. Ninguno de los diez animales inoculados murió tras infectarse con un virus del ébola adaptado a este roedor, mientras que los cinco animales del grupo de control murieron o fueron sacrificados por contraer una enfermedad grave en un plazo de diez días.
Bukreyev, que trabajó con Moderna en el estudio, cree que, si el acuerdo se materializa, primero se tendrá que averiguar si la vacuna es eficaz en los animales. Para ello es posible que sea necesario investigar durante tres años con primates. Posteriormente, se realizarían ensayos clínicos en humanos.
Pardi espera que Moderna y otras empresas diseñen vacunas de ARNm que sirvan para múltiples especies, ya que «no sabemos qué virus causará el próximo brote de ébola».
Fuente: investigacionyciencia.es