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¡Polémica en la ciencia! Fuerte controversia sobre el ‘bebedor social’: Universidad de Stanford echa por tierra ciertos mitos

La expresión “bebedor social” proviene del ámbito de la psicología y la sociología, especialmente en estudios sobre consumo de alcohol. Empezó a popularizarse en el siglo XX, cuando las investigaciones buscaban diferenciar entre el consumo ocasional, el problemático y la dependencia alcohólica. El término se utilizó para describir a aquellas personas que beben principalmente en contextos de interacción social, como reuniones familiares, fiestas, cenas con amigos o eventos laborales, sin que necesariamente presenten signos de abuso o adicción.

El significado de “bebedor social” hace referencia a quien consume alcohol de manera moderada y en situaciones compartidas, más como una práctica cultural o de integración que por necesidad fisiológica. No obstante, la línea entre el consumo social y el problemático puede ser difusa, ya que el hábito puede escalar con el tiempo. En general, el concepto pretende diferenciar la bebida ocasional y controlada del consumo excesivo o dependiente.

Bebedor social, ¿qué opina la ciencia?

Durante décadas, se creyó que beber alcohol de forma moderada, como una copa de vino al día, era bueno para el corazón, ayudaba a prevenir la diabetes e incluso podría alargar la vida. Sin embargo, investigaciones más recientes han demostrado que esta idea ya no está respaldada por la ciencia. Según expertos de Stanford Medicine, la creencia de que el consumo moderado de alcohol es saludable está desfasada.

Un problema clave que distorsionó los hallazgos anteriores es que muchos estudios no distinguían entre quienes realmente nunca habían bebido alcohol y quienes habían dejado de beber por motivos de salud. Esto hacía que los bebedores moderados parecieran más saludables, cuando en realidad era producto de cómo se agrupaban los participantes.

Con estudios más rigurosos, esos supuestos beneficios desaparecen. Incluso pequeñas cantidades de alcohol aumentan el riesgo de cáncer y problemas cardiovasculares. Se ha encontrado que, aun con consumo moderado, hay un mayor riesgo de cáncer, especialmente si se consideran factores individuales como la genética o antecedentes personales.

Stanford recalca que no hay evidencia sólida de que el consumo moderado aporte beneficios a la salud; sí hay evidencia clara de daño. La única cantidad “completamente segura” de alcohol es cero, aunque, en función de riesgos personales, algunas personas podrían considerar aceptable tomar menos cantidad y no todos los días.

Fuente: 2001online.com

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